viernes, 13 de enero de 2012

The Pleasure Fuckers - "Fuckdelux"

 Vale, The Pleasure Fuckers no eran, contraviniendo la opinión de ciertos nostálgicos de lo que se cocinaba en Malasaña, la mejor banda de Rock and Roll del mundo. Ni siquiera del país. Tampoco creo que esa fuese la intención de su cabecilla y líder indiscutible, Kike Turmix.

 El grupo era, en cierto modo, un eslabón más que completaba la faceta de Turmix de hombre renacentista del R'n'R inmediato: Un bonito colofón a su labor como pinchadiscos connaiseur (que a veces se permitía el lujo de hacer sesiones solo de Caras B), colaborador en diversos medios, destacado crápula de la noche madrileña (entre sus compañeros de juerga pretéritos se contaban Stiv Bators o los Ramones) capitoste de su propio sello discográfico y, cómo no, mítico promotor al que debemos la difusión del proto punk, el high energy de las antípodas y las manadas de grupos escandinavos por estas tierras.

Por si todo eso fuera poco, para colmo, The Pleasure Fuckers llegaron a ser una verdadera banda de culto con todas las de la ley: Sus trabajos eran distribuidos por una miríada de sellos undergrounds de reconocida solera (Crypt, Sympathy For The Record...) se patearon el ancho mundo repartiendo r'n'r attitude a raudales, hicieron giras con Nashville Pussy (haciendo fechas en fumaderos de crack) y Dead Moon, tocaron en universidades yankees marcándose la vacilada de hacer sets enteros de The Dictators... En fin,podríamos seguir citando vicisitudes, recodos y demás muestras de poder del grupo ad aeternum.

Puede que la fórmula de los Fuckers no fuese el paroxismo de la originalidad, pero era francamente efectiva: Estructuras, shuffles y licks del primitivo early R'n'R hipervitaminadas y haciendo parada en Detroit y Nueva York. El resultado era como una locomotora descarrilando de manera permanente, con Mike Sobieski y Norah Findlay cruzando sus guitarras y los aullidos desquiciados de el gordo rematando la faena.

Ni que decir tiene que "Fuckdelux" no es la obra por la que el grupo será recordado. Ahí tenemos "Supper Time" (con la icónica portada de Mauro Entrialgo) o el vindicado "Ripped To The Tits" para mostrar los vicios y virtudes del combo. Pero qué quereis que os diga, éste maxi ofrece algunas razones para ser reseñado. El homenaje/parodia/vacile del título hacia cierta publicación musical de tirada nacional, el elenco de versiones escogidas que va desde grupos coetáneos a influencias pasando por relecturas inimaginables y los ramalazos surf  del final conforman un bonito fetiche no de obligada pero si disfrutable escucha.

Abren a toda mecha guiñándole a los Suicide Kings (olvidadísimo grupo neoyorquino de los primeros 90's) con "First Fight",  un tema que no hubiese desentonado en una obra convencional del combo capitalino, suben revoluciones -más- en "Yeah!" relectura del tema de los aussies Space Juniors. Primer volantazo y cambio de registro para homenajear a Rod Stewart ¿Escogen un tema de los Faces? ¿De sus obras en solitario de los primeros 70's? No y no. La elección recae en el megahit "Hot Legs" que transmutan en un hipervitaminado y salvaje R'n'R que arrasa con todo.

Toca ajustar cuentas con viejas influencias y ahí es donde entran en juego Rose Tattoo, de los que versionan, ni más ni menos, la atómica "Astra Wally" que precede a la cima absoluta del redondo, ese "Chica Alborotada" de los Locos del Ritmo , a mi juicio, una de las mejores relecturas que jamás haya oído de este número de rock chicano, un verdadero rompepistas. Dejemos en anecdótica la versión de "Nitro" (Dick Dale) con la que echan el cierre al disco.

Como ya dejaba caer, The Pleasure Fuckers no inventaban la pólvora, más bien empleaban toda la que tenían a mano a mayor gloria de este explosivo compendio de sudoroso y ardiente Rock and Roll.

sábado, 7 de enero de 2012

Supersuckers - "The Evil Powers of Rock 'N' Roll"


 Curioso contraste el que tuvo que producirse en la nómina de Sub Pop cuando decidieron reclutar a los Supermamones. Pongámonos en situación: Nos encontramos en los primeros 90's, en la ciudad de Seattle, germen, cuna y epicentro de aquello que se dió en llamar grunge, en pleno reinado de grupos como Pearl Jam o Soundgarden. ¿Y quiénes eran el nuevo fichaje de la escudería? Unos tipos que decían venir de Tucson, surgidos de las cenizas de un combo punk pretérito, The Black Supersuckers, con pintas de cowpunks pasados de rosca y capitaneados por un tal Eddie Spaghetti.

Venían dispuestos a despeinar al personal a base de Punk n' Roll cavernícola y macarrónico, y en esas estuvieron la primera mitad de la década, hasta la edición del nunca del todo ponderado "The Sacrilicous Sounds of the Supersuckers", en el que su habitual R'n'R hijo de Motörhead y primo hermano de Zeke abría la puerta a duelos guitarreros á la Thin Lizzy (combo del que la banda se declararía en lo sucesivo como heredero y valedor) y una querencia más acusada por las tesituras clásicas.

"The Evil Powers of Rock 'n' Roll" primer lanzamiento de la banda tras su flirteo con el country, es, claramente, un disco continuista con respecto a "The Sacrilicous..." aunque con mayor tendencia si cabe por lo clásico, las melodías, los solos y el clasicismo rockero bien aliñado con su chulería marca de la casa. El cambio, cómo era de esperar, no sentó nada pero que nada bien al sector más talibán de sus fans, que no dudó en echarse a llorar por las esquinas acusando al grupo de pasarse al heavy metal (sic) venderse y esa clase de acusaciones, pobres de contenido, que suelen verter aquellos que conciben su música como una suerte de compartimento estanco cerrado a cal y canto a cualquier posible apertura.

El común de los conocedores de la banda, en cambio, no dudan en considerar al "Evil Powers..."  como uno de los mejores -sino el mejor- disco de los Supersuckers. Y con razón, desde luego: Nos encontramos ante un redondo potente, clásico, atemporal y, lo más importante de todo, libre de todo corsé estilístico más allá del de puro y simple Rock And Roll.

El disco abre a toda máquina, con "The Evil Powers of Rock 'n' Roll", "Cool Manchu" y "I Want The Drugs", atómicos cortes de Punk n' Roll, pero más tamizados, lejos de la suciedad de lo que exhibían en "The Smoke Of Hell". "Santa Rita High" aleja un poco el pie del acelerador pero mantiene el pulso hasta llegar a su icónico final para dar paso a la punkarrera "Dead Meat". 

"Stuff n' Nonsense" mostraba una cara hasta la fecha inédita en la discografía de la banda: La de su innegociable condición de  creadores de grandes melodías,mostrando su corazón más (pongan todas las comillas que gusten) pop por así decirlo, siendo de paso una de mis preferidas del álbum. No menos inédita era, dentro de sus cánones sónicos habituales, "Dirt Roads, Dead Ends and Dust", una poderosa a la par que épica exhibición de Roots Rock que tuvo que dejar boquiabierto del todo a ese sector de seguidores desencantados del que os hablaba más arriba.

En "Fisticuffs" y "Gone Gamblin" retoman su vena más espídica y marrullera dando paso a la hímnica "My Kickass Life" , toda una declaración de intenciones ("I’m in the band/I’m the man with the goldtop in my hand") Preludiando el final tenemos la solemne "Goin' Back To Tucson", la brevísima -y destacable- "I Can't Hold Myself the Line" inspirado ejercicio de Punk Rock old school donde la sombra de Social Distortion se perfila alargada y, poniendo punto y final, "Hot Like The Sun" suerte de doble canción en una, de acelerado y desquiciado comienzo para desembocar en el monolítico y saturado corte que despide este genuino festín de Rock and Roll.

"The Evil Powers..." terminó de consolidar a los Supersuckers en su condición (que hoy, tantos años después, todavía mantienen) de grupo de culto absolutamente fiel a sí mismo y sus circunstancias. Ajenos a florituras y vaivenes del negocio siguen proclamándose allá donde van "the greatest rock and roll band in the world since Thin Lizzy" , y, el hecho de que eso sea cierto o no resulta del todo irrelevante si lo comparamos con la actitud,el corazón y las pelotas que demuestran al vindicarse como tal.