sábado, 25 de junio de 2011

Guns And Roses - "Lies"


Quizás peque de rarito al decantarme por el mini EP acústico que la por entonces última sensación del Rock and Roll había tenido a bien a editar, cómo una suerte de preludio básico, de cinco piezas, ante la hecatombe de corte barroco, "Use Your Illusion", que devendría al poco, pero seamos francos: La blogosfera está saturada, en su 99% de odas a su álbum de debut, a los Illusions y puede que hasta de su ajuste de cuentas con el Punk Rock y demás influencias de juventud, el controvertido "Spaghetti Incident". De acuerdo, es más que posible que también haya decenas de artículos de "Lies" pululando por la red, pero, quiero pensar, serán menos.

 Tras esa bomba de neutrones, de efectos purificadores y a mil millas de lo que destilaban otros paisanos suyos, "Appetite For Destruction", paradigma y a la vez superación de la etiqueta Sleazy, explosivo artefacto que vindicaba la herencia del Hard Rock de los 70's (llámalo Led Zeppelin, o, mejor todavía, Aerosmith) aliñado con energía Punk y envuelto en componente Glam y callejero, ahora tocaba relajarse un poco y descubrir su faceta más classy y relajada, la más afecta al Rock de raíces acústicas, por así decirlo.

 En "Lies" la banda mostraba su querencia por la obra de formaciones como The Rolling Stones o The Faces, o sea, que en esta ocasión era Izzy, su elegante rítmica, el que se llevaba el gato al agua, facturando cortes de genuino Rock and Roll acústico, etílico y jaranero, sin producciones de la época que lastrasen el producto final y transmitiendo una innegociable sensación de inmediatez y naturalidad.

 El disco abre con un corte claramente deudor de las enseñanzas promulgadas por los Stones del "Sticky Fingers", "Patience", un exuberante tema en el que las guitarras acústicas llevan el peso, con un delicioso cambio de registro al final; "I Used To Love Her", mete el dedo en la llaga en una de las grandes bazas líricas del combo: Las temáticas políticamente incorrectas. En esta ocasión tocaba ponerse en la piel de un tipo que acaba de cargarse a su chica porque hablaba demasiado. En el plano estrictamente musical, un corte vacilón, que, quizá con otra letra, no habría desentonado en un disco de los Georgia Satellites. En "You're Crazy" Axl da rienda suelta a su faceta más histriónica y desatada, precediendo a esa grand finále, rayana en lo tragicómico que es "One In A Million", aquí el pelirrojo de Indiana se transmuta en una suerte de misántropo (bueno, algo de eso hay en W.A.R) que despotrica contra polis, gays, negros, racistas, y prácticamente todo lo que ose caminar por este mundo, por cierto, un corte matador, rayano en lo épico, a su modo.

 No se me escapa que en ciertas subescenas las pistolas de Los Angeles no gozan de mucho crédito, llegándose en ocasiones a la mofa y la burla contra ellos. A mi, en cambio, me parecen que son la última banda de R'n'R de cuantas alcanzaron el mainstream que merece la pena, amén de su labor de rescate y puesta al día de formaciones por aquel entonces prácticamente olvidadas como Rose Tattoo, New York Dolls o los Misfits, que en ocasiones han llegado a reconocer lo importante que fue la mano tendida por Slash, Duff y Cía. de cara a sus retornos. Por último, todos aquellos que se quedan con la imagen de Axl en calzoncillos, entronizado en su rol de rockstar excesiva y exprimiendo su voz ante audiencias multitudinarias, deberían sentarse a escuchar las deliciosas canciones que dan forma a este "Lies", que no se si figuran entre lo más granado, pero sí atemporal,que firmaron Guns And Roses.

lunes, 20 de junio de 2011

Backyard Babies - "Total 13"


He aquí una banda que me produce sentimientos encontrados. Los Suecos, pese a facturar éste pequeño clásico del Rock and Roll en el ocaso de los 90's, me parecen una banda que, la mayor parte de su carrera posterior nadaron en la medianía, excepción hecha a un puñado de temas, y, sobre todo, a ese tratado de Rock límpido y á la Hellacopter que fue "People Like People Like Us". Su final ni siquiera podemos decir que fuera malo, sino, puede que peor tadavía, insulso. Sin pegada. Pero no adelantemos acontecimientos. En el '98, los chicos del patio de atrás, eran una banda dispuesta a arrasar en el underground europeo, con un Dregen recién huido de The Hellacopters para dedicarse a tiempo completo a la banda de su vida.

 En "Total 13" se aúnan las enseñanzas de Mike Ness y sus Social Distortion, los Dead Boys y los Ramones con los poderosos riffs de grupos cómo AC/DC, con especial parada en la movida Angelina 80's, representada por tipos como Guns And Roses o Faster Pussycat, equilibrando la balanza, el glamour y savoir faire de una influencia diría que fundamental en los primeros compases de la banda: Hanoi Rocks.

 El disco guarda más semejanzas con un greatest hits que con un compacto al uso, funcionando como una equilibrada sucesión de riffs matadores, estribillos de puño en alto y letras chulescas. "Made Me a Madman", clásico instantáneo de la banda, abre fuego, y, lo que viene después de ahí, por todos debería ser conocido: Cortes infecciosos del tipo de "U.F.O Romeo", "Highlights" o "Get Dead", el single perfecto de Punk n' Roll refrescante y pegadizo como el chicle que es "Look At You", el macarreo destroyer deudor de Motorhead (esa línea de bajo, amigos) en "Let's Go To Hell", la muralla sónica de "Spotlight The Sun", el Hard a medio gas, que no potencia de "Eightballed". Las avasalladoras guitarras de "Ghetto You" dan paso a otro de los, a mi juicio, grandes himnos del redondo, "Subculture Hero". Echando el cierre, la tripleta final, la rockandroller "Bombed", la hipervitaminada "Hey, I',m Sorry" y "Robber Of Life" un corte tan influenciado por los Social Distortion más pasados de rosca como por los Hellacas del "Payin' The Dues".

 No, los Backyard Babies no inventaban la pólvora con "Total 13", pero ofrecían justamente lo que anunciaban: Trece cortes matadores que apenas daban respiro al oyente. Puede que la escuela que crearon (ya saben, bandas de tipos hipertatuados poniéndose las Gibsons a la altura de las rodillas) no pasara de anécdota y es un hecho que sus trabajos posteriores, víctimas de una tamización y refinado de su fórmula, no estaban a la altura de lo aquí expuesto, pero lo que si podemos afirmar es que con ésta obra Nicke Borg y los suyos alcanzaron su cénit, que, tristemente, se vió seguido de una tendencia claramente descendente.

jueves, 16 de junio de 2011

Dr. Explosion - "El Loco Mundo De Los Jóvenes"


Jorge Explosion es un cruzado. Un tipo que, en los primeros compases de los 90's, bien pertrechado de instrumentos vintage y respaldado por un robusto cancionero dió rienda suelta a sus influencias sixties, con parada especial en luminarias algo olvidadas de la british invasion y aledaños como los Troggs, The Standells o The Sorrows, alguna que otra concesión al revival ochentero liderado por los Fuzztones y, -he aquí su gran diferencial-, equilibrando la balanza, poniendo en igualdad de condiciones, formaciones patrias como Los Brincos o Los Salvajes.

 Pese a que casi todo el mundo cree que "El Loco Mundo De Los Jóvenes" es el debut de los astures, lo cierto es que la banda se había presentado en largo poco antes con el cuasi-maquetero , "Vivir Sin Civilizar" ostentiblemente más escorado hacia terrenos Rythm & Blues que su sucesor aunque ya apuntando maneras.

 Alternando sin tapujos cortes en castellano con incursiones en la lengua de Shakespeare, el disco abre con una tripleta perteneciente a la primera categoría. Las dos primeras, "¡Basura!", y la, solicitadísima en sus shows, "Eres Feo, Chaval", dejan claro que, pese a los mimbres en los que basan su sonido, su lírica transitaba, al menos en esa época, por otros vericuetos, abrazando el gamberrismo y haciendo del desenfado sus armas más reconocibles. "Rompí la Televisión" suena a glorioso garage rock, con deliciosa caída melódica que da paso al cover de "Garden Of My Mind", pretérito número de The Micky Finn que más tarde pondrían en boga los Fuzztones. "I Really Don't Care", nos trae a la cabeza , irremediablemente, a Sky Saxon y sus Seeds, mientras que "Free Your Troubled Mind" es, desde su mismo título, un corte de garage con ramalazo psych de manual. Descubren sus influencias instro surf en "Breakin' The Wave" y sacan a pasear toda su chulería en "Hey Little Girl", corte matador, pilotado por un riff incontestable.

 Mención especial merece "Someday", mi preferida del disco y casi diría que de la banda. Pese a mantener el anclaje en terrenos sesenteros y afectos al rock garagero, avanza en cierto modo el viraje que darían, en ocasiones posteriores, a terrenos rayanos al Power Pop. Una verdadera joya. Retoman el pulso surfer en "Surf n' Shake" un corte a medio camino entre Link Wray y los Trashmen. "Peep Show Baby" es otra verdadera pieza de orfebrería musical, una canción perfectamente empastada y otra de las cimas del redondo. Ya en los últimos compases del disco, enlazan un par de relecturas de relumbrón, un contundente "Vivir Sin Tí" de los Stones de Las Ramblas, Los Salvajes y "Let Yourself Go" de los casi ignotos, y suponemos por su nombre que gran influencia, The Music Explosion. "Come Back" echa el cierre a ritmo de country folk a la usanza de cómo lo facturaban los Rolling Stones de Brian Jones.

 Es posible que Dr. Explosion no cuenten con la admiración de aquellas tribunas de opinión que otorgan prioridad a la innovación sobre las canciones, aún a riesgo de que el exceso de lo primero adolezca de escasez de lo segundo, tampoco creo que gocen del aplauso de según que medios, que vuelven la vista a todo lo que huela a 60's, no así a lo que lleva el sello de décadas posteriores. Aunque lo más seguro es que a Jorge, alguien al que no le tiembla el pulso a la hora de decir que el "Rock es aburrido, el Rock and Roll diversión" o de cargar contra el Cd-Rom, poniéndolo a la altura del calimocho en un símil de tintes enológicos, todo eso le importe un bledo. El y su banda siguen ahí, editando discos, ofreciendo conciertos explosivos y luchando por su particular concepción de esta nuestra música.

lunes, 13 de junio de 2011

The Killer Barbies - "...Only For Freaks!"


A veces uno se pregunta quién diablos es el encargado de redactar la historia del Rock and Roll de este país. Sea por acto de omisión o inclusión, si leyesemos la versión oficial de los hechos, hasta antes de La Movida en éste país no había sitio para lo alternativo, relegando a formaciones como Los Brincos, Los Salvajes o Los Bravos a un papel rayano en lo inexistente. Unos colosos como Burning suelen ser mencionados de rondón, la mayoría de las veces para hacer hincapié en su leyenda maldita, jalonada de drogadicción y muertes. Llegados a la década de los 90's, la inclusión en tan sesgada historia se polarizó en dos bandos: por un lado, el incipiente indie nacional, de una mediocridad tan evidente cómo su inclusión en según que medios. En la esquina opuesta del ring, cierto grupo, de cuyo nombre no quiero acordarme, y que para algunos supone la cima del Rock patrio, henchido de histrionismo, influencias siniestras y misticismo de carnaval.

Incluso a un nivel underground se producía este fenómeno. Mientras nombres destacados de la escudería Subterfuge como Dr Explosión o The Killer Barbies comenzaban a despuntar y a codearse con la escena internacional, aquí el mérito se lo llevaba cierto trasunto de la escena de Seattle, que hace poco dejó de ponerle velas a Kurt Cobain para pasar a agasajar a Madonna. ¡País!

The Killer Barbies, que grupo tan jodidamente especial. Sus discos son verdadera piezas de música de evasión, cuya escucha supone transitar senderos repletos de iconografía pop. Al igual que Lux Interior y Poison Ivy, Billy King y la explosiva Silvia Superstar unieron fuerzas en la barbie asesina para dar rienda suelta a sus filias, no sólo las musicales, haciéndolo extensible a otros ámbitos, como el mundo del cómic o el cine de Serie B. Su debut, Dressed To Kiss", de espíritu campy y kitsch desde la misma portada y generoso en versiones, de Elvis a los Sex Pistols pasando por las Ronettes y las Lolitas, y con himnos como la generacional y deliciosa "Love Killer" o ese guiño a los seguidores del Vengador Tóxico, "I Wanna Live In Tromaville", fue un pequeño éxito, que permitió a la banda efectuar una gloriosa minigira por los Estados Unidos, con paradas tan insignes como el festival de cine de Roger Corman, el legendario Max's Kansas City (Por mediación de Joey Ramone) e incluso a compartir escenario con los Dictators. No está nada mal para un grupo que acababa de empezar, ¿Verdad?

Para el siempre díficil segundo álbum no se hicieron esperar demasiado, y en el plazo de un año con respecto a su predecesor veía la luz "...Only For Freaks!". Un disco, en parte y desde la carátula, continuista de la senda iniciada en "Dressed To Kiss" y deudor de las mismas influencias de aquel, a saber: Punk Rock ramoniano y Pop 60's a lo Ronettes/Shangri Las, abriendo la manga lo suficiente para que entrasen sonidos más contemporáneos, pero sin pasarse. No parecen las influencias más originales del mundo, lo sé, pero sabían trabajarlas hasta crearse un sonido poseedor de un aura única y perfectamente reconocible.

En "...Only For Freaks!" encontramos momentos dignos de su debut, caso de "Freak Show", "Chinatown", "Pinball", "No Waves" o el homenaje a la reina del porno de los 70's, "Traci Lords", aunque también hay una remesa de temas que, manteniendo sus señas de identidad, se nutren de sonoridades bubblegum mostrando la cara más abiertamente pop y deliciosa de la banda, hablo de cortes como "Chainsaw Times", "Be Your Girl" o la versión que se marcan del "Train From Kansas City" de las Shangri Las.

Lo que devino debería ser conocido por todos. Sabedores de su poco tirón por estos pagos, la banda decidió centrar sus giras en Alemania y Japón, dónde son tenidos por poco menos que un grupo de culto, siendo sus conciertos dentro de nuestras fronteras una verdadera rareza. Su labor discográfica ha quedado prácticamente aparcada (Siendo su última obra hasta la fecha el algo lejano "Sin Is In") y hace un par de años se produjo el debut en solitario de Silvia Superstar, de clara orientación electrónica y que, más que por sus logros, parece ser conocida por según que facción de la escena como una secundona, esperemos que ilustre, del universo Alaska, de la que aparece como invitada en sus shows.

Un final, en definitiva, algo agridulce, para la historia de una banda cuya repercusión y memoria en este lugar, tran proclive a entronizar medianías, permanecen algo tibias. ¡País!