martes, 18 de septiembre de 2012

The Jacobites - "Robespierre's Velvet Basement"


Parece cosa de ficción que una obra de la altura de "Robespierre's Velvet Basement" sea la ¡Segunda! esquirla facturada por el combo inglés. Si nos aproximásemos a ella con la mente libre de datos que condicionasen nuestra percepción (esto es, que nos encontramos ante un grupo surgido de las cenizas de los seminales Swell Maps, que opera en la década de los 80's y que consumió gran parte de su singladura entre la indiferencia general) llegaríamos a la conclusión de que nos encontramos ante un clásico básico de los 70's, una épica y mastodóntica obra (20 canciones) de referencia, un imprescindible.

Y lo cierto es que, algo de eso hay. Su década fue la que fue, pero resulta evidente el nexo temporal que interconecta las influencias predilectas de The Jacobites, esto es: La década en la que los Rolling Stones se hicieron mayores ("Sticky Fingers", "Exile On Main Street"), del rock and roll jaranero y etílico de The Faces, el protopunk neoyorquino de New York Dolls y, algo después, Johnny Thunders; el decenio de apogeo del glam bien entendido (Bowie, T-Rex, Mott The Hoople) del primer Neil Young y de las atmósferas de Big Star. Un batiburrillo de nombres, estilos y obras fundamental para entender el sonido de los de Birmingham.

Desde la misma portada no se nos oculta el liderazgo bicéfalo del grupo, encarnado en las figuras de Nikki Sudden y Dave Kusworth, descendencia bastarda -que no ílegítima- de Keith, Ronnie, Rod, Thunders y tantos otros forajidos de la era prodigiosa. Prolíficos, románticos, malditos y poseedores en lo posterior de unas carreras de lo más interesante, no parece haber dudas al respecto: Hablar de ellos es hacerlo de The Jacobites.

Y "Robespierre's...", qué decir de éste disco: Desde la inicial (Y muy Heartbreakers, pero de los de Nueva York) "Big Store" hasta "Someone Who Cares" nos encontramos ante una colección magistral de canciones, de enseñanzas bien asimiladas, de paisajes oníricos, de feeling desmesurado, de, dicho en corto, la clase de grupo y disco que es totalmente imposible que surjan a día de hoy.

Preeminencia de texturas acústicas y ocasionales explosiones de electricidad que tejen atmósferas cómo las de "Snow White", "Every Girl", "Hearts Are Like Flowers","Son Of A French Nobleman", "All The Dark Rags", "Into My Arms", "Country Girl"... Haciendo un barrido muy selectivo del álbum (que no excluyente, ya que el nivel general del mismo no decae en ningún momento)

Es  "Robespierre's Velvet Basement", en definitiva, un disco de concepto, una suerte de viaje sónico asfaltado de desencanto, historias tortuosas y sentimientos a flor de piel arropados por una música etérea, mágica y tocada con el don de la atemporalidad. No es poco.

domingo, 26 de agosto de 2012

Buddy Holly And The Crickets - The "Chirping" Crickets


El Pop, en su acepción de música de voluntad abiertamente universal, lo inventó un muchacho blanco de Lubbock, un tipo de aspecto apocado que, como tantos otros de su época y lugar, recorrió de manera apresurada la senda que llevaba del country al incipiente rock and roll. Por el camino, el hallazgo de una veta cuyo filón no podemos asegurar a ciencia cierta que se haya extinguido: El destello de las gafas de carey de Holly iluminó, de un modo u otro, las singladuras de Bobby Fuller, The Beatles, The Searchers, Beach Boys, John Fogerty, Bob Dylan y muchos más. En cierto modo, todo lo que vino después está indefectiblemente en deuda con el concepto de la melodía del que hizo gala el tejano a lo largo de su breve existencia.

De "The "Chirping" Crickets" podría decirse que es poco menos que el libro de estilo universal del pop y el rock: Sus estructuras, sus secuencias de acordes, su uso de los coros, sus arreglos,sus riffs; todo mil veces expoliado por sus sucesores. Sin conseguir desgastarlo. Como alguien hizo notar en una ocasión, estamos ante uno de esos discos que siempre parecerá que se grabaron hace una semana. Imposible atribuirle los cincuenta y cinco años que carga sobre sus surcos.

Conformado por una equilibrada selección de versiones y temas propios, son estos últimos de lo mejor del redondo. Ahí tenemos la jungle music heredada de Bo Diddley campando a sus anchas en "Not Fade Away", el aire misterioso que empapa, en su infinita candidez, a "Maybe Baby", los prístinos ejercicios de rock and roll que son "Tell Me How" y "I'm Looking For Someone To Love", el baladón "Last Night" y la imperecedera "That'll Be The Day", de exquisito cuño e inspiración johnfordiana.

Del lado de las versiones encontramos una relecturas de "Oh Boy!", de su paisano Sonny West (Del que colegimos se quedó como Carl Perkins cuándo Elvis se apropió de su "Blue Suede Shoes": Compuesto y sin canción) que pasó a engrosar lo más granado de su repertorio; "You've Got Love" del que fuera compañero en los Teen Kings de Roy Orbison, Johnny Wilson; "It's Too Late", guiño a un Chuck Willis al que le quedaba poco tiempo sobre este mundo; "An Empty Cup (And A Broken Date)", perteneciente al repertorio del aún verde Roy Orbison de la época Sun Records, la popularizada por Little Richard "Send Me Some Lovin" y "Rock Me My Baby", cedida por la dupla Heather-Long y con la que se cierra el LP.

En algo menos de media hora cuatro tipos de pueblo habían sentado la base de lo que sería el concepto de grupo moderno, esto es, el andamiaje del que se valdría generosamente la british invasion para impulsarse a los USA, y de ahí al mundo, algunos años después. En poco más de dos años, Buddy Holly marcó a fuego su impronta en el entramado del rock and roll de manera perenne. Y es que conviene recordar que,  en el día de su muerte, también murió la música.

lunes, 25 de junio de 2012

Nobunny - "Love Visions"


Apadrinado por una miríada de sellos undergrounds (El último Goner, que cuentan en su escudería con lo más granado de la escena de Memphis) Nobunny es una suerte de bardo punk, un connaisseur del libro de estilo de la trastienda del rock and roll, un lírico garagero y bisexual, tan influenciado por Hasil Adkins y The Cramps cómo por los girl groups de los 60's y los Ramones (cosa que sin duda habréis intuido). Y sí, lleva a título sempiterno esa máscara de conejo.

"Love Visions" tiene más hechuras de pequeño grandes éxitos que del debut en largo que en efecto es. Aquí hay guiños rayanos al plagio pero rebosantes de encanto ('Nobunny Loves You'), destellos rockistas ('Chuck Berry Holiday') momentos Ronettes pasados de rosca ('It's True'), cortes que no habrían desentonado en "Rocket To Russia" ('Tina Goes To Work') y, por encima de todo, himnos de punk rock bubblegum que se adosan de manera insana al córtex: 'Church Mouse', 'I Know, I Know','Not That Good', 'Somewhere New'... Y, allá, en lo alto, el corte definitivo del álbum, ése matador (desde la letra al título pasando por la música) y enfermizo himno que es 'I Am A Girlfriend', el buque insignia de nuestro hombre.

No es la de hoy una historia que haya que conjugar en pasado. Nobunny sigue por ahí, ofreciendo caóticos y autodestructivos shows (que esperemos se dejen caer cerca) y engrosando a base de 7", singles y elepés una producción que, si bien no podemos decir que goce del don de lo rompedor, si es lo suficientemente idiosincrática y encantadora para figurar en estas páginas.

miércoles, 23 de mayo de 2012

The Fleshtones - "More Than Skin Deep"

Son grupos cómo The Fleshtones los que, en última instancia, dan sentido al término Rock and Roll. Nunca serán el grupo de moda ni el hype del momento, pero por eso mismo jamás tendrán que lamentar el momento en que vean su tren pasar, ya que jamás se subieron a él. Su concepción del género es clara, concisa e inmediata, que para algo son neoyorquinos. Pese a que se suele encuadrar su singladura en el llamado revival garagero de los 80's, el combo de Peter Zaremba siempre se ha conducido más como una gran banda de R'n'R, alejados de la ortodoxia de unos, verbigracia, Fuzztones para absorber toda suerte de influencias y filtrarlas por su particular e idiosincrático filtro.

En el ADN de The Fleshtones hay toneladas de Garage, claro está; pero también encontramos a los Stones de Brian Jones, one hit wonders de los 60's, ramalazos souleros, ráfagas de instro-rock, despiporre frat rock y salvajismo protopunk con especial parada en los Stooges. Incluso en los últimos tiempos la banda ha dejado ver en su sonido esquirlas de los primeros Led Zeppelin (a los que Keith Streng no duda en citar como temprana influencia) y hasta algún riff deudo de AC/DC. 

"More Than Skin Deep" no es, en efecto, el disco por el que serán recordados (ese honor lo detenta "Roman Gods") aunque, a título personal, es el que escucho con más asiduidad de su producción. Algo tiene que ver el hecho de que es de los pocos redondos que la banda ha grabado sin enfocarlo explícitamente a sus caóticos -y deliciosos- directos, dando en esta ocasión prioridad a la melodía, los riffs, los estribillos. A las canciones, en una palabra.

"I'm Not A Sissy", con su épico y poderoso Vox Jaguar y ciertas reminiscencias a The Dictators, abre el álbum de la mejor de las maneras. A partir de ahí, poderosas salvas garageras ("My Love Machine", "Smash Crash", "A Hand For The Band"... ) destellos sixties ("Gentleman's Twist") los consabidos y mentados puntos negroides en "Laugh It Off" -original de The Tams- y en "Anywhere You Go", e instrumentales de reminiscencias cincuenteras hasta culminar en esa grand finale que es "Better Days", himno de repiqueteantes guitarras y muchos quilates.

The Fleshtones, afortunadamente, siguen predicando la buena nueva de su hipervitaminado Rock and Roll en los clubes, garitos y salas de medio mundo. Su culto es subterráneo, pero aguerrido. Sus shows, una de las experiencias más físicas y hedonistas que se pueden ver a día de hoy, y su producción discográfica continúa manteniendo el tipo. ¿¡Quién puede no admirar a una banda así!?

martes, 3 de abril de 2012

Redd Kross - "Third Eye"

  
Power Pop. Etiqueta polémica, a su manera: Teniendo en cuenta que alude al Rock n' Roll de acentuado apartado melódico, podríamos aplicárselas a combos tan diferentes cómo los mágicos Big Star, los bombásticos Badfinger, The Rubinoos, con su nervio teenager; los hard rockerísimos Cheap Trick; la tríada The Nerves/Plimsouls/The Beat, que marcaron los pasos del género en los primeros 80's; Dwight Twilley, el trovador new wave del género... Incluso, si nos pilla con la disposición anímica adecuada, podemos hacer extensible la demarcación estilística a la etapa londinense de los Flamin' Groovies, los primeros Ramones y la facción del punk británico conformada por grupos como The Jam o los Buzzcocks. Es más, si nos pilla con el día completista, podemos preguntarnos, ¿Fueron The Beatles, sin saberlo, la primera banda de power pop?

Lo que sí podemos dar por sentado es que, en los primeros 90's, a los hermanos McDonald, líderes de Redd Kross, no podían dárseles en menos tales cuestiones. Y es que, pese a capitanear uno de los considerados buque insignia del género en las últimas décadas, el radio de acción musical de la dupla se escapaba en no pocas ocasiones de la etiqueta que se les había impuesto.

Tras unos titubeantes comienzos flirteando con la escena punk/hardcore de los suburbios de L.A, los excéntricos hermanos terminaron por rendir su talento a las bondades de la melodía y la cultura pop, a ser posible de eras pasadas, pero sin sacrificar su compromiso con lo actual. La epifanía que se adivinaba en "Neurotica" (producido por Tommy Ramone, ahí es nada) terminaba de confirmarse en éste "Third Eye", redondo de generosos mimbres y para algunos, entre los que me incluyo, cima discográfica de la banda.

"Third Eye" amalgama las distintas aristas que conformaban el background de Jeff y Steve McDonald: Aquí hay punk de la vieja escuela, abundantes dosis de hard rock (las solistas de Robert Hecker no conducen a dudas a ese respecto) y, sobre todo, un palpable corazón bubblegum, música que había conseguido obsesionar a los hermanos en las fechas de gestación del álbum.

Y es precisamente a ritmo de bubblegum cómo empieza el disco: Ahí tenemos la colosal "The Faith Healer", fusilada -con mucho estilo- a los 1910th Fruitgum Co. y su hit "Goody Goody Gumdrops", pasada por el turmix del alt rock de la época. Y es que esa fue siempre una de las mayores virtudes de Redd Kross, encajar siempre en las tendencias del momento, precisamente por encontrarse fuera de ellas.

"Annie's Gone", de esquemática letra, muestra la cara más punk de la banda, que no ceja en su gusto por la melodía ni en tales tesituras; "I Don't Know How To Be Your Friend", con su delicada primera parte acústica y la posterior explosión eléctrica, muestra cuánto han crecido desde los descocados días de "Born Innocent" y las diferentes texturas en las que saben moverse.

"Shonen Knife", con una intro que no habría desentonado en un redondo de heavy metal de la década anterior, es un guiño al célebre power trio japonés: "Come right in now, enjoy a Choco Bar/With the Shonen Knife/Yes, the rock and roll stars". Las chicas de Shonen Knife, cumplidoras hasta lo indecible, le respondieron al año siguiente escribiendo "Redd Kross" que decía: "Redd Kross, crazy people in L.A/Redd Kross, genius people in L.A". Cómo pueden ver, un bonito affaire entre bandas de culto.

La exquisita "Bubblegum Factory", todo azúcar, cierra el círculo estilístico del disco, homenajeando la génesis de la música que lo inspiró. Denostada por el crítico sesudo, pero irresistible para cualquiera con un corazón pop por el que corra algo de sangre, la obra de los mentados 1910th Fruitgum Co. o The Archies se perfila tan necesaria en la gestación de "Third Eye" como la que más. Tras la exhibición de puro pop, contrasta "Where Am I Today?" con su tono introspectivo e incluso lánguido, articulado en una canción perfectamente construida.

"Zira [Call Out My Name]" rezuma energía, positivismo y frescura: Ése estribillo a tres voces, el manejo prodigioso de los coros y una sobresaliente labor guitarrera apuntalan uno de los platos fuertes del disco. "Love Is Not Love", atmosférica gema de basamento poppie da paso a otro pildorazo incontestable, "1976", o lo que es lo mismo, Redd Kross sonando más a KISS que los propios KISS de la época, rematando la jugada los coros del batería Victor Indrizzo, destacado émulo de Paul Stanley, a tenor de lo escuchado.

Ya en la recta final nos encontramos con la fabulosa "Debbie & Kim", un corte tan épico como inmediato, de estribillo demoledor y que prácticamente condensa todas las virtudes del redondo. "Elephant Flares" echa el cierre, ubicando sus coordenadas entre el arena rock setentero y los Beatles de "Sgt. Peppers".

En los poco más de cuarenta minutos de "Third Eye", Redd Kross condensaban más sabiduría musical e iban más lejos de lo que otras tantas bandas ni tan siquiera alcanzan en décadas. En sus surcos podemos encontrar inmediatez, virtuosismo, preciosismo, crudeza, gusto por lo clásico y sentimiento de contemporaneidad. Conceptos contradictorios, sin duda, pero que en este caso no conducen al oxymoron.

sábado, 3 de marzo de 2012

Manitoba's Wild Kingdom - "...And You?"


¿Qué se traían entre manos The Dictators en 1990? En teoría, si nos atenemos estrictamente a la actividad realizada bajo el nombre de la nunca del todo ponderada banda neoyorquina, el grupo se encontraba en pleno standby; Ahora bien, en la práctica, el carismático "Handsome" Dick Manitoba se encontraba al frente de un proyecto en el que le acompañaban Ross The Boss, Scott Kempner, JP Patterson  y Andy Shernoff quién, como de costumbre, se encargaba de las tareas compositivas en su totalidad. Dicho en corto, The Dictators en pleno estaban operando bajo otro nombre (Sólo Dios sabe con qué fines).

¿Cuáles son -de haberlas- las diferencias sónicas con la banda madre? Así a botepronto pocas se me ocurren. El histrionismo de Manitoba, el gusto por los coros y las melodías trabajadas se mantienen intactos. Afinando en exceso podríamos señalar cómo diferencial el trabajo guitarrero, en el que parecen darle correa a un Ross The Boss en plena resaca heavy (Cabe recordar que llevaba buena parte del decenio calzando taparrabos a las órdenes de Manowar) lo que sin duda les acercaba al -ya en trayectoria descendente- boom hard rockero de los últimos 80's, en el cual estos Dictators 2.0 daban la impresión de querer encajar. Manteniendo sus señas de identidad, eso sí.

El disco abre encadenando tres salvas de largo alcance,de tanto, que algunas figuraban en los set lists de las últimas giras de los 'Tators. Me estoy refiriendo, cómo no, al explícito disparo inicial, "The Party Starts Now!", la poderosísima "Haircut And Attitude" y ese genuino grito de guerra con el que suelen abrir sus shows, "New York, New York". Poderosos cortes, hímnicos, que basculan entre el Hard y el Punk. "D.W.I" habría encajado sin problemas en los surcos de un "Go Girl Crazy!": Corazón punk, melodía  pegajosa como el chicle y minutaje breve, para que pedir más.

"I Want You Tonight!" retoma el gusto por el riff definitivo y el himno macarra de corearse puño en alto. En "Fired Up", "The Perfect High" y "Had It Coming" muestran su cara más Hard & Heavy, con el bueno de Ross explayándole a las seis cuerdas, a veces en demasía, como en el caso de "Prototype" (Corte que, en cierto modo preludia a ese "I Am Right" de su laureado disco de "reunión", "D.F.F.D") Finalmente, cómo colofón, tenemos la trallera "Speedball", el momento más "metálico" que Andy Shernoff haya firmado jamás.

Lo cierto es que, dando por sentada su calidad (a fin de cuentas sus artífices son The Dictators, unos tipos incapaces de grabar un mal disco) "... And You?" es un trabajo algo desconcertante. Lo es, además de por las razones citadas más arriba, por lo en "tierra de nadie" que los dejaba: Para sus seguidores de toda la vida, se trataba de un desplante inexplicable; para el target que pretendían conquistar, aquellos maduros proto-punks no tenían mucho que ofrecerles; Para nosotros,un disco a reivindicar y una -otra- prueba más de la grandeza que atesora el combo neoyorquino, qué incluso cuándo apostaban por el perfil medio y el sutil cambio estilístico tiraban a dar. Larga vida a The Dic... Manitoba's Wild Kingdom!

domingo, 5 de febrero de 2012

Johnny Thunders - "So Alone"


Héroe del primer punk con New York Dolls y líder de combos de culto plenamente integrados en la movida CBGB como los celebrados Heartbreakers; fan irredento de Dylan y compañero de andanzas de Dee Dee Ramone; Sórdido y romántico; bohemio y maldito; Todo eso, y suponemos que mucho más, podríamos decir acerca de la figura de Johnny Thunders, quintaesencia del beautiful loser y poseedor de una singladura digna de análisis.

"So Alone" fue el primer disparo en solitario del menudo guitarrista neoyorquino, la culminación de su década de los 70's, frenética y desquiciada. Un disco de madurez (pese a que su autor ni siquiera llegaba a la treintena) y de recapitulación de acontecimientos, de echar la vista atrás para rendir cuentas con sus influencias así como con su propio pasado, pero sin dejar de mirar hacia el presente.

Desde la misma portada, pasando por el repertorio más íntimo y acústico del redondo, el espectro de la melancolía sobrevuela los surcos de "So Alone". Aunque, no os dejéis engañar del todo por el título y la instantánea de la cubierta, ya que para la ocasión Johnny contó con una apabullante nómina de invitados que, cosa inédita en la época, hermanaba a punks, pub rockers y hasta algún coloso del classic rock. Por ahí desfilaron miembros de, entre otros, Sex Pistols, Eddie And The Hot Rods, The Only Ones,Thin Lizzy o Humble Pie. Tal era el poder de convocatoria de aquel que se decía "Nacido para perder".

La apertura escogida no podría ser más desconcertante, una fiel y cruda recreación de "Pipeline", el viejo hit surf de The Chantays que da paso al que quizá sea el corte más conocido del disco (y, porqué no decirlo, del propio Thunders) esa descorazonadora e infinitamente melancólica canción que es "You Can't Put Your Arms Around A Memory", díficil transmitir con unos pocos acordes las toneladas de desazón que desprende el tema.

Nuevo cambio de registro en "Great Big Kiss", cover de las Shangri-Las que ya había sido visitado con anterioridad por las muñecas de Nueva York, para tomar la acústica de nuevo y atacar "Ask Me No Questions" . "Leave Me Alone" es la clase de pildorazo marca de la casa, tan arrebatado y eléctrico cómo rebosante de dolor. Es en la mil veces revisitada "Daddy Rollin' Stone" donde cuenta con la ayuda de todo un Steve Marriott (Small Faces, Humble Pie), cuya presencia da buena idea del nivel de clásico en vida -aún de culto- que había alcanzado nuestro hombre.

"London Boys" es toda una vindicación de clase, de su condición de punk urbanita neoyorquino frente a la, no del todo fiable -para él, claro- eclosión british ("You're little London boys/ You think you're gonna fool me?/ Ha ha ha ha" Más revelador, imposible.) En el plano estrictamente musical, uno de sus grandes himnos.


"[She's So] Untouchable" marca lo que quizá sea el comienzo del flirteo de Thunders con sonidos más cabareteros y de raíz europea (... ese saxo!) Sonidos en los que ahondó a lo largo de la década de los 80's. Le guiña un ojo a la banda que le dió a conocer regrabando su "Subway Train", joya, no todo lo recordada que se merece, incluida en el debut de New York Dolls. "Downtown" es una suerte de blues de abigarrado final punk, que da paso a la Thunderiana "Dead Or Alive". 

"Hurtin" es la clase de canción que hace de Johnny Thunders un compositor tan especial e idiosincrático. Ese comienzo de pop de jukebox 60's, ese puente intermedio, y ese final que no habría desentonado entre los surcos de un "Too Much, Too Soon"; Colosal.


Llega el turno de "So Alone", tema-exorcismo, de reconocible parentesco con el primer Dylan (más concretamente con su "All Along The Watchtower") y con un Johnny echando el resto. Lo que hubiese sido un cierre coherente se ve desmentido por "The Wizard", típico tema fruto de un proceso de grabación distendido en el que los filtros de selección no eran todo lo rigurosos que debían: Puro relleno grabado en una toma, hablando claro.


"So Alone" confirmó la vitola -que venía dibujándose desde los albores de la década- de personaje de culto que acompañó a Johnny Thunders el resto de su vida. Por delante quedaban algunos discos más, estancias en París, conciertos gloriosos, conciertos correctos, conciertos lamentables y la crónica de una muerte anunciada desde hacía años que terminó por encontrarle, de la peor de las maneras, en Nueva Orleans.
 Su obra en solitario sigue poseyendo el aura de cruce de caminos entre rabia punk, actitud clásica y delicadeza folk por la que siempre apostó, poniendo en el envite su corazón y los demonios de su tormentosa existencia. 

viernes, 13 de enero de 2012

The Pleasure Fuckers - "Fuckdelux"

 Vale, The Pleasure Fuckers no eran, contraviniendo la opinión de ciertos nostálgicos de lo que se cocinaba en Malasaña, la mejor banda de Rock and Roll del mundo. Ni siquiera del país. Tampoco creo que esa fuese la intención de su cabecilla y líder indiscutible, Kike Turmix.

 El grupo era, en cierto modo, un eslabón más que completaba la faceta de Turmix de hombre renacentista del R'n'R inmediato: Un bonito colofón a su labor como pinchadiscos connaiseur (que a veces se permitía el lujo de hacer sesiones solo de Caras B), colaborador en diversos medios, destacado crápula de la noche madrileña (entre sus compañeros de juerga pretéritos se contaban Stiv Bators o los Ramones) capitoste de su propio sello discográfico y, cómo no, mítico promotor al que debemos la difusión del proto punk, el high energy de las antípodas y las manadas de grupos escandinavos por estas tierras.

Por si todo eso fuera poco, para colmo, The Pleasure Fuckers llegaron a ser una verdadera banda de culto con todas las de la ley: Sus trabajos eran distribuidos por una miríada de sellos undergrounds de reconocida solera (Crypt, Sympathy For The Record...) se patearon el ancho mundo repartiendo r'n'r attitude a raudales, hicieron giras con Nashville Pussy (haciendo fechas en fumaderos de crack) y Dead Moon, tocaron en universidades yankees marcándose la vacilada de hacer sets enteros de The Dictators... En fin,podríamos seguir citando vicisitudes, recodos y demás muestras de poder del grupo ad aeternum.

Puede que la fórmula de los Fuckers no fuese el paroxismo de la originalidad, pero era francamente efectiva: Estructuras, shuffles y licks del primitivo early R'n'R hipervitaminadas y haciendo parada en Detroit y Nueva York. El resultado era como una locomotora descarrilando de manera permanente, con Mike Sobieski y Norah Findlay cruzando sus guitarras y los aullidos desquiciados de el gordo rematando la faena.

Ni que decir tiene que "Fuckdelux" no es la obra por la que el grupo será recordado. Ahí tenemos "Supper Time" (con la icónica portada de Mauro Entrialgo) o el vindicado "Ripped To The Tits" para mostrar los vicios y virtudes del combo. Pero qué quereis que os diga, éste maxi ofrece algunas razones para ser reseñado. El homenaje/parodia/vacile del título hacia cierta publicación musical de tirada nacional, el elenco de versiones escogidas que va desde grupos coetáneos a influencias pasando por relecturas inimaginables y los ramalazos surf  del final conforman un bonito fetiche no de obligada pero si disfrutable escucha.

Abren a toda mecha guiñándole a los Suicide Kings (olvidadísimo grupo neoyorquino de los primeros 90's) con "First Fight",  un tema que no hubiese desentonado en una obra convencional del combo capitalino, suben revoluciones -más- en "Yeah!" relectura del tema de los aussies Space Juniors. Primer volantazo y cambio de registro para homenajear a Rod Stewart ¿Escogen un tema de los Faces? ¿De sus obras en solitario de los primeros 70's? No y no. La elección recae en el megahit "Hot Legs" que transmutan en un hipervitaminado y salvaje R'n'R que arrasa con todo.

Toca ajustar cuentas con viejas influencias y ahí es donde entran en juego Rose Tattoo, de los que versionan, ni más ni menos, la atómica "Astra Wally" que precede a la cima absoluta del redondo, ese "Chica Alborotada" de los Locos del Ritmo , a mi juicio, una de las mejores relecturas que jamás haya oído de este número de rock chicano, un verdadero rompepistas. Dejemos en anecdótica la versión de "Nitro" (Dick Dale) con la que echan el cierre al disco.

Como ya dejaba caer, The Pleasure Fuckers no inventaban la pólvora, más bien empleaban toda la que tenían a mano a mayor gloria de este explosivo compendio de sudoroso y ardiente Rock and Roll.

sábado, 7 de enero de 2012

Supersuckers - "The Evil Powers of Rock 'N' Roll"


 Curioso contraste el que tuvo que producirse en la nómina de Sub Pop cuando decidieron reclutar a los Supermamones. Pongámonos en situación: Nos encontramos en los primeros 90's, en la ciudad de Seattle, germen, cuna y epicentro de aquello que se dió en llamar grunge, en pleno reinado de grupos como Pearl Jam o Soundgarden. ¿Y quiénes eran el nuevo fichaje de la escudería? Unos tipos que decían venir de Tucson, surgidos de las cenizas de un combo punk pretérito, The Black Supersuckers, con pintas de cowpunks pasados de rosca y capitaneados por un tal Eddie Spaghetti.

Venían dispuestos a despeinar al personal a base de Punk n' Roll cavernícola y macarrónico, y en esas estuvieron la primera mitad de la década, hasta la edición del nunca del todo ponderado "The Sacrilicous Sounds of the Supersuckers", en el que su habitual R'n'R hijo de Motörhead y primo hermano de Zeke abría la puerta a duelos guitarreros á la Thin Lizzy (combo del que la banda se declararía en lo sucesivo como heredero y valedor) y una querencia más acusada por las tesituras clásicas.

"The Evil Powers of Rock 'n' Roll" primer lanzamiento de la banda tras su flirteo con el country, es, claramente, un disco continuista con respecto a "The Sacrilicous..." aunque con mayor tendencia si cabe por lo clásico, las melodías, los solos y el clasicismo rockero bien aliñado con su chulería marca de la casa. El cambio, cómo era de esperar, no sentó nada pero que nada bien al sector más talibán de sus fans, que no dudó en echarse a llorar por las esquinas acusando al grupo de pasarse al heavy metal (sic) venderse y esa clase de acusaciones, pobres de contenido, que suelen verter aquellos que conciben su música como una suerte de compartimento estanco cerrado a cal y canto a cualquier posible apertura.

El común de los conocedores de la banda, en cambio, no dudan en considerar al "Evil Powers..."  como uno de los mejores -sino el mejor- disco de los Supersuckers. Y con razón, desde luego: Nos encontramos ante un redondo potente, clásico, atemporal y, lo más importante de todo, libre de todo corsé estilístico más allá del de puro y simple Rock And Roll.

El disco abre a toda máquina, con "The Evil Powers of Rock 'n' Roll", "Cool Manchu" y "I Want The Drugs", atómicos cortes de Punk n' Roll, pero más tamizados, lejos de la suciedad de lo que exhibían en "The Smoke Of Hell". "Santa Rita High" aleja un poco el pie del acelerador pero mantiene el pulso hasta llegar a su icónico final para dar paso a la punkarrera "Dead Meat". 

"Stuff n' Nonsense" mostraba una cara hasta la fecha inédita en la discografía de la banda: La de su innegociable condición de  creadores de grandes melodías,mostrando su corazón más (pongan todas las comillas que gusten) pop por así decirlo, siendo de paso una de mis preferidas del álbum. No menos inédita era, dentro de sus cánones sónicos habituales, "Dirt Roads, Dead Ends and Dust", una poderosa a la par que épica exhibición de Roots Rock que tuvo que dejar boquiabierto del todo a ese sector de seguidores desencantados del que os hablaba más arriba.

En "Fisticuffs" y "Gone Gamblin" retoman su vena más espídica y marrullera dando paso a la hímnica "My Kickass Life" , toda una declaración de intenciones ("I’m in the band/I’m the man with the goldtop in my hand") Preludiando el final tenemos la solemne "Goin' Back To Tucson", la brevísima -y destacable- "I Can't Hold Myself the Line" inspirado ejercicio de Punk Rock old school donde la sombra de Social Distortion se perfila alargada y, poniendo punto y final, "Hot Like The Sun" suerte de doble canción en una, de acelerado y desquiciado comienzo para desembocar en el monolítico y saturado corte que despide este genuino festín de Rock and Roll.

"The Evil Powers..." terminó de consolidar a los Supersuckers en su condición (que hoy, tantos años después, todavía mantienen) de grupo de culto absolutamente fiel a sí mismo y sus circunstancias. Ajenos a florituras y vaivenes del negocio siguen proclamándose allá donde van "the greatest rock and roll band in the world since Thin Lizzy" , y, el hecho de que eso sea cierto o no resulta del todo irrelevante si lo comparamos con la actitud,el corazón y las pelotas que demuestran al vindicarse como tal.