martes, 15 de noviembre de 2011

The Troggs - "Wild Thing"


Originalmente bautizados como The Trogglodytes, lo cierto es que esa primera denominación avisaba a la perfección de las constantes sónicas que mantendría el combo capitaneado por Reg Presley a lo largo de su periplo 60's, a saber: Tosquedad, primitivismo y contundencia por bandera, abonando, en opinión de algunos connaiseurs, el terreno del que surgiría el primer Punk.

 No se trata de una teoría descabellada, ciertamente. ¿Acaso la manera de tocar de Chris Britton no supone la antesala, con menos revoluciones, del estilo que haría célebre a Johnny Ramone? ¿No son en cierto modo sus letras naives y despreocupadas una precuela de lo que tantas bandas vindicarían una década más tarde? La apuesta de The Troggs partía del Beat, tan en boga en la época, pero terminaba por adentrarse en otras sendas, más crudas,más ásperas y escasamente exploradas en aquellas fechas.

 Se habla mucho de la originalidad, de lo rompedor cómo -casi- único motor que propulsa la historia del R'n'R, pero ese axioma, de todos modos discutible, se puso un poco en entredicho en la década de los 60's, época en la que se editó una miríada de discos, cuya calidad está fuera de toda duda, basados fundamentalmente en versiones, medleys, guiños y demás concesiones a composiciones ajenas. Echen un vistazo a sus discos de The Remains, Sonics, Mitch Ryder o The Shadows Of Knight, por ejemplo, y se harán una idea de lo que les digo. ¿Lo que los diferenciaba de ser meras cover bands? Ese algo más, esa diferencia en la actitud, en el discurso, que los presenta como algo diferente, aún en las formas.

 Algo de eso pasa con "Wild Thing". Sí, es un tema original de la banda, pero no cabe duda de su parecido, rayano al calco con la archiconocida "Louie, Louie" (Los acordes son exactamente los mismos, de hecho) Incluso se dice que la banda creó el tema de forma casi accidental, mientras intentaban dar forma en el local de ensayo al oldie de Richard Berry. Así pues, ¿Cuál es ese algo más que aporta el grupo de Andover?

 Bajo "Wild Thing" late un pulso de incuestionable crudeza, de alusión a lo primitivo, a lo salvaje. Desde la áspera voz de Reg Presley a la primaria labor guitarrera de Britton pasando por los parones y el tono ominoso que sobrevuela la canción, que insinúa más que dice... Y ese solo de ¡Ocarina! que termina por conferirle una idiosincrasia única a la actitud y el sonido del grupo. No dejemos de tener en cuenta que es el año 1966, que los Beatles andaban a vueltas con "Revolver" y mientras estos cuatro tipos facturaban Proto Punk de manual, con más concomitancias con lo que aportaría Detroit un par de años después que con la mayoría de sus compatriotas.

 La cara B, al igual que pasaba en tantos y tantos singles de la época, variaba según el área geográfica. Y si para Inglaterra la elegida fue la fuzzera "From Home", los yankees, que para éstas cosas siempre tuvieron más vista, escogieron una de sus grandes gemas pop, esa deliciosa y archipegadiza "With A Girl Like You" que con el tiempo sería cara A por méritos propios. En la France, finalmente, la elección recayó sobre la chulesca "Lost Girl", prototípico pildorazo de Garage Pop 60's con desparrame lisérgico incluido a modo de cierre. Como podeis ver, siempre dentro de sus cánones, existía variedad de registro en el cancionero Troggs.

Diluidos entre el marasmo de nombres que la british invasion legó al mundo y recordados por unos pocos, la sombra de The Troggs se perfila alargada, aún a título conceptual, en la obra de los primeros Ramones, Stiv Bators, Alex Chilton o The Stooges, por citar a unos pocos. Con semejante prole no hay opción a dudar de que -desde luego- algo muy especial tenían que ofrecer estos cuatro tipos trajeados a rayas en sus trabajos de juventud.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Misfits - "Walk Among Us"

Es curioso, existen bandas en la historia de la música que, pese a que se esforzaron por proyectar una imagen naive y dulce de ellos mismos, es inevitable recordarlos por los detalles sórdidos y/u oscuros de su biografía. Cómo ejemplo podríamos citar a The Carpenters, Badfinger o, afinando en exceso, las conexiones de los Beach Boys con Charles Manson, amén del sinfín de demonios particulares que llevaba consigo a modo de inseparable equipaje el bueno de Brian Wilson.

El legado de los Misfits bien podría situarse en el polo opuesto de esa tendencia: Pese a lo crudo y deslavazado de su sonido y a lo explícito de su oferta lírica, que iba del asesinato en serie y la mutilación a los zombis, comedores de cerebros, ovnis y demás ralea mítica de Serie B, es inevitable acordarse de ellos con cierto sentimiento entrañable. Sucede, en cierto modo, como con las películas de bajo presupuesto que le sirvieron de inspiración: Que lejos de dar miedo generan simpatía y sentimientos de evasión al que las ve (o los oye, en este caso)

Dotando de revoluciones extra al legado de los Ramones, combinándolo con su doctorado honoris causa en subcultura de los 40's-50's y rematando la jugada su innegable sentido de la melodía, que ni la producción prácticamente inexistente del álbum ni las montañas de power chords  podían ocultar, los Misfits debutaron en largo con un LP con más hechuras de recopilación de grandes éxitos del grupo que del disco de presentación que en la práctica era. Y eso pese a la chulería que se marcaron de dejar fuera "Last Caress", uno de sus temas definitivos de siempre.

Aunque si de algo anda sobrado este "Walk Among Us" es precisamente de temas definitivos, de himnos, de highlights incontestables de la banda de Lodi. De hecho, me atrevería a decir que el 95% de lo más granado que editaron se encuentra aquí. No tendré la osadía de afirmar que lo demás sobra, pero sí de decir que jamás consiguieron igualar -de superar ni hablamos- esta jugada inicial.

"20 Eyes" abre fuego, poniendo de manifiesto la querencia del grupo por la velocidad desatada y el adictivo uso, tan hooligan, de los coros. Siguen con una de sus cimas indiscutibles, la mítica "I Turned Into A Martian", dramática narración de una posesión alielígena. Una poderosa línea de bajo de Jerry Only da paso a "All Hell Breaks Loose", un pelotazo de Punk Rock trallero e intimidante que da paso al tributo que rinden a uno de sus iconos de juventud: "Vampira", la musa tardía de Ed Wood Jr. que, vaya por delante la anécdota, llegó a conocer a Danzig y compañía durante el transcurso de una firma de discos de la banda en Hollywood, ahí es nada.

"Nike-A-Go-Go" sigue la senda de los temas más decididamente hardcore del grupo, cosa que no podemos decir de la hímnica e imprescindible "Hatebreeders". "Mommy Can I Go Out And Kill Tonight?" más allá de lo atómico de su título, sobra. Sobra, primeramente, por tratarse de un tema grabado en vivo, registrado con una calidad sónica que va más allá de lo cochambroso, dejando mucho que desear; y en segundo, pero no menos importante lugar, por encontrarse muy por debajo de la media general del álbum.

Afortunadamente, tras el pequeño bajón, se suceden las que a mi modesto entender son las mejores canciones del redondo. La épica "Night Of The Living Dead", con su impagable comienzo; "Skulls", o la clase de canción por la que amo a esta banda, con un Danzig poniendo su mejor voz a las súplicas de un psycho killer redomado ("I want your skull, i need your skull") "Violent World", cercana aún en la distancia a los cánones del psychobilly, al igual que la potentísima "Devil's Whorehouse", con sus estructuras remotamente fifties y el insidioso y machacón ritmo de batería. Tras toda esta exhibición de poderío viene la canción del disco, su colofón a efectos teóricos y casi que prácticos, me estoy refiriendo, cómo no, a "Astro Zombies" una de las cimas innegociables del cancionero de la banda, santo y seña de sus virtudes y bondades como tal. Tras esto, la brevísima -no llega al minuto- y tabernera "Braineaters" hace más las veces de outro que otra cosa.

No, el legado de los Misfits no goza de la salud que merece. Las distintas formaciones, la huida paulatina de algunos de sus miembros clave y, muy especialmente, las giras sacacuartos que bajo ese nombre está llevando a cabo Jerry Only con un par de saldos de Black Flag  no hacen más que desgastar y devaluar el buen nombre que pudo tener un día este grupo. Mas conviene no olvidar que, pese a los desagravios que a día de hoy se puedan cometer en su nombre, los primeros eslabones que conforman la singladura Misfits dieron carta de naturaleza, junto a The Cramps y los primeros Fuzztones, a la fusión definitiva entre la subcultura de épocas pretéritas y el Rock and Roll, lo que a la larga terminaría siendo un género en sí mismo del que ellos pueden vindicarse, sin rubor alguno, como pioneros.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Burning - "Bulevar"


 Ellos decían que los domingos no se hicieron para bailar, y, paradójicamente, es el día del señor el que suelo consagrar, más o menos involuntariamente, a escuchar y reencontrarme con el legado de los madrileños, tan inasequible al paso del tiempo cómo pleno de vigencia y actitud.

 Burning fueron mucho. No se me ocurre ninguna otra banda de por aquí surgida en el '74 que aúnase con tanta maestría las enseñanzas de Chuck Berry, The Rolling Stones, Lou Reed, Faces, T-Rex o los New York Dolls. Algunos dirán que sí, que lo que yo quiera, pero que los de la Elipa, a fin de cuentas, debutaron en largo allá por el '78, a tiro de piedra de que el Rollo  terminase de estallar y hacer acto de presencia. Nada más lejos: Existen demostraciones de poder de la banda efectuadas en plena dictadura, más concretamente, esos dos pildorazos de Glam Rock crudo, patillero y sin domesticar en formato single titulados "I'm Burning" y "Like A Shot".

 A "Bulevar", última pieza de la imprescindible trilogía inicial de la banda (un must para cualquiera que se diga aficionado al Rock) le toca cargar con el sambenito de ser su disco más Pop y enfocado a los cánones sónicos que primaban en el Madrid de La Movida. Lo cual es cierto, aunque sólo en parte. Efectivamente, si comparamos la producción de "Bulevar" con la de su inmediato antecesor, "El Final De La Década" es inevitable observar que sí, que el R'n'R seguía fluyendo por sus surcos, pero tamizado por un tratamiento eminentemente más Pop, más 80's del sonido. Ahora bien, de ahí a afirmar, cómo claman algunos, que es "Su disco new wave" media un abismo. Burning, para la ocasión, mudaban la piel, que no el espíritu.

 La manera escogida de abrir el disco no podía ser más reveladora, un "Es Especial" que no era otra cosa que el "Give Him A Great Big Kiss" de las Shangri-Las que, aquí viene la enjundia, fue versionado por los New York Dolls bajo el escueto título de "Great Big Kiss". La versión a la que pone voz Toño se queda entre la chulería, aquí bañada de desazón, del grupo de Johnny Thunders y el almíbar, cosas de la producción, del conjunto vocal capitaneado por Mary Weiss. "Tu Eres Mi Amor" continúa la senda de temas chulescos, callejeros y guitarreros en los que tan bien se desenvolvía la banda, con un uso de los coros que remite, irremisiblemente y una vez más, a las muñecas de Nueva York. "Ja,Ja,Ja", un corte de costuras glammys y vacilonas y apartado lírico con pretensión irónica que, visto hoy, resulta cuánto menos entrañable ( "quién sabe que puede ocurrir/si el Rayo hoy vence al Madrid") cuándo no directa y deliciosamente desfasado ("Dicen que hay un muro en Berlín/y nadie quiere irlo a destruir") En el plano estrictamente musical, un tema muy en la línea de los primeros KISS.

Mención especial merece "Es Decisión", primera ocasión en la que Pepe Risi se pone frente al micro y clásico impepinable de la banda. Una grandiosa canción preñada de melancolía, nocturnidad y estampas evocadoras que encajaba como anillo al dedo en la idiosincracia melancólica y maldita del malogrado guitarrista (¿Nuestro Keith Richards/Johnny Thunders?) Irónicamente, lo que aquí hacía a título eventual terminaría siendo la norma, ya que tras la marcha de Toño se convertiría en el cantante de Burning.

 "Quiero Ser Un Robot" es puro Toño: La abulia, la dejadez existencial que transmite la letra en contraste con su voz,tan sensual y chulesca como triste. Sensaciones y sentimientos que quizás encuentren su máxima expresión en la que es la a todas luces cima -objetiva- del disco, "No Es Extraño Que Estés Loca Por Mí". Tras la chulería confianzuda del título y la ya mítica intro de piano de Johnny Cifuentes se esconde uno de los temas más poderosos de la banda, tanto en lo musical (poderosísimo riff) como en lo lírico, desgranado los primeros y titubeantes pasos de una relación casual, las subidas y las bajadas, balanceándose de lo abstracto a lo explícito sin despeinarse.

 Tras semejante demostración de poder, es normal que la cincuentera "Baila Mientras Puedas" sepa más bien a poco, lo que no quita que sea un tema divertido, amén de lo inédito de ver a los Burning nadando en aguas Rockabillys. "Día De Lluvia" como supongo se intuye por el título, es lo más cercano a una balada que vas a encontrar en éste álbum, un tema melancólico, con sabor a cicatrices sin curar. Para cerrar, "Escríbelo Con Sangre", suerte de murder ballad castiza, atmosférica y generosa en guitarras que pone punto y final a este clásico indiscutible del Rock and Roll patrio.

Burning, ya lo apuntábamos más arriba, fueron pioneros en muchas cosas, para lo bueno y para lo malo. Y si su manera de entender el género y reivindicar según qué influencias fue pionera en la historia del Rock and Roll de este país, no lo fue menos el malditismo que jalona su biografia, sembrada de episodios de drogadicción, sordidez, muertes y, en definitiva, la cara oscura y en ocasiones inevitable que ha acompañado al devenir de nuestra música. Burning fueron mucho. Burning son mucho.

martes, 1 de noviembre de 2011

Rose Tattoo - "Rose Tattoo"

 Si tuviésemos que confeccionar un listado más o menos amplio de ilustres segundones, en cuánto a reconocimiento que no legado, del Rock And Roll, no cabe duda de que el nombre de los australianos Rose Tattoo merecería figurar con todos los honores. Fueron el paradigma de banda que pudo explotar en todos los frentes -ya explicaremos el porqué más abajo-, surgidos en el momento, lugar y escena adecuadas, pero que se tuvieron que conformar con militar en la segunda división del negocio. Inmejorable ejemplo de esto que digo tuvo lugar hace unos años, cuándo en el lapso de unos meses recalaron por nuestras tierras sus paisanos  AC/DC y los chicos de Angry Anderson en lo que creo fue su primera visita a territorio español. ¿La diferencia? Mientras los Young reventaban estadios y pabellones, a Rose Tattoo le tocó batirse el cobre en garitos ante audiencias conformadas por unos pocos cientos de personas.

 No es gratuita la alusión a AC/DC, o al menos no se circunscribe sólo al ámbito geográfico. Cabe recordar que en los seminales Buster Brown ya se dieron cita componente futuros de ambas formaciones (Phil Rudd y Angry Anderson, concretamente) y, para terminar de cerrar las conexiones, éste debut fue producido por los inseparables Vanda-Young, parte fundamental del sonido de los hermanos Young hasta "Powerage".

 Sin embargo, sería un error considerar a Rose Tattoo como un mero grupo al rebufo de AC/DC. Cierto, compartían la misma concepción del riff simple y demoledor,  las raíces marcadamente rythm and blueseras y el toque canalla y pendenciero que los acercaba al Bon Scott de aquellos años (esos tatuajes patibularios...) Pero no es menos verídico que el uso del slide, los matices sureños y los ramalazos casi punks que ofrecía su música en ocasiones los presentaba como una oferta compatible, que no sucedánea, de lo que destilaban los autores de "High Voltage".

 Siempre consideré una de las mayores virtudes de Rose Tattoo la -potencial- amplitud de su propuesta sónica. Lo que se destila en este debut (o en "Assault And Battery"; o en "Scarred For Life") podía gustarle tanto a un acólito al Hard Rock, fan de los mentados AC/DC, Lynyrd Skynyrd o Motorhead cómo a un seguidor del estallido Punk que tenía lugar a ambos lados del atlántico. Ilustrativa estampa la de la banda compareciendo en festivales cumbre del Hard & Heavy europeo mientras colaban algunos de sus singles en los charts más punkarras del viejo continente. La cosa tiene mérito, y más aún a finales de los 70's, cuando las diversas escenas musicales enfrentadas no resolvían sus diferencias debatiéndolas en torno a una mesa camilla, precisamente.

 El disco abre con los que quizá sean los dos grandes himnos de la banda, los que en el futuro serían sus temas más versionados, "Rock N' Roll Outlaw" y "Nice Boys"; sendas declaraciones de intenciones, repletas de riffs matadores y slide por un tubo cortesía de la pareja Pete Wells/Mick Cocks, que borda un trabajo guitarrero tan deudor del Southern Rock cómo de la inmediatez Punk. "The Butcher And Fast Eddy" es una puesta al día de sus raíces bluesys pasadas por el filtro de su insoslayable macarreo. "One Of The Boys", una de las cimas del redondo, es el ejemplo perfecto para el que quiera comprobar la mentada amplitud de propuesta de la que os hablaba más arriba. "Remedy", "Bad Boy For Love" y "T.V" mantienen el pulso a base de espídico R'n'R, facturado de una manera en la que los 'Tats tenían pocos rivales.  

 "Stuck On You" es el primer -y único- remanso de relativa calma que nos concede este atómico debut, y aunque sea algo subjetivo,  le veo ciertas concomitancias con The Who. Quizás sea por la manera de entrelazar guitarras acústicas y eléctricas, o por el tono de fuerza contenida que predomina en la canción. El riff inicial de "Tramp", por eso de seguir con las comparaciones -odiosas pero orientativas- nos remite a lo que ese mismo año facturaban The Dictators en su inmortal "Bloodbrothers", y, a la usanza de los neoyorquinos, supura actitud callejera y badass por los cuatro costados. Como colofón nos encontramos con otra de las imprescindibles en los sets de los australianos, que no es otra que la atropellada y macarrísima "Astra Wally".

 Cómo dejaba caer al principio de este artículo, el sino de Rose Tattoo fue el de tantas otras formaciones seminales y/o de culto, siendo su legado más conocido durante años por las vindicaciones de las que fue objeto que por el valor intrínseco de su obra. Poca cosa para la que es, según me dijo alguien en una ocasión, "la banda más grande de Australia" ("¿Y qué pasa con AC/DC?" repliqué, a lo que se me respondió, con toda lógica, "Esos no son de allí,¡ ni siquiera son de este planeta!")