Queda poco para que la primavera, o algo remotamente parecido, se asome por estas tierras sureñas, donde vivimos más de la mitad del año agobiados por calores de distinto signo. Queda poco, ya digo, pese a que ahora mismo llueve ahí fuera y el viento no renuncia a hacer de las suyas.
Hace cosa de un año, quién sabe si tal día cómo hoy, estaba absolutamente obsesionado con éste disco, podía pincharlo dos, tres veces al día, sus canciones martilleaban mi cabeza y eran perfecto complemento para las tardes de cerveceo y fantasía propias de la mejor estación del año, qué duda cabe.
Pese a que suelen ser tenidos en cuenta como poco menos que un spin off de los Flamin' Groovies, por eso de que Chris Wilson se enroló en el Mark II de la banda, lo cierto es que la apuesta de The Barracudas iba por otros derroteros, inyectándole savia Punk y envoltorio New Wave al legado de los Beach Boys y redondeando el conjunto con unos deliciosos matices Jangle Pop vía, cómo no, The Byrds. Asimismo, es de justicia señalar que el alcance comercial de estos surfers anglocanadienses fue mayor que el de la banda de Cyril Jordan, llegando a escalar las listas de éxitos con su celebrado "Summer Fun".
"Drop Out..." es una carta de presentación definitiva: Entre sus surcos encontramos, por su sitio y sin empujarse hits impepinables, latigazos sixties, e himnos indiscutibles, como ese "I Can't Pretend" tan ramoniano como surfer que da el pistoletazo de salida al redondo. "We're Living Violent Times" abunda en la vertiente más melancólica de la banda, una faceta que, pasando los años, iría ganando presencia en sus LP's.Y de "Don't Let Go": ¿Soy el único al que el comienzo de esta canción le trae a la cabeza el "Under My Thumb" Stoniano?
Si he de seros sincero, nunca me volvió loco "Codeine", a la que sigue "This Ain't My Time" otra canción emparentada con la singladura 60's de los Rolling Stones, esa época en la que lucían guitarras Vox y flequillos. La melodramática "I Saw My Death In A Dream Last Night" contrasta con el Power Pop luminoso y a carta cabal expuesto en "Somewhere Outside", una de las cimas del largo, por cierto; al igual que su éxito-de-toda-la-vida, "Summer Fun", que viene precedida por una cuña de radio de regusto vintage y dónde de paso se daban el placer de cachondearse un poco de las dificultades que creaba la pronunciación de su nombre entre los locutores de la época. En el plano musical, un single a medio camino entre el Doo Wop y el Punk Rock. Matadora.
"His Last Summer" con su insidioso órgano y su letra a duras penas inteligible sobre mártires del surf mantiene el pabellón bien alto. La correcta "Somebody" da paso a mis dos favoritas del redondo, la hímnica "Surfers Are Back" y "Campus Tramp" donde abordan otra de las temáticas inherentes a esto del revival surfer: El mundillo del campus universitario,y sus héroes del fútbol con el corazón roto entre clase y clase. Siguiendo con su tendencia a sumergirse en subgéneros derivados del surf primigeneo abordan temáticas propias de la conocida como hot rod music en la reseñable "On The Strip". Finalmente, y para ir cerrando, nos encontramos con la resultona "California Lament" y toda una declaración de principios que daba buena cuenta del afán revivalista de la banda , "(I Wish It Could Be) 1965 Again", dónde, tras una intro propia de las Ronnetes o los Beach Boys acometen un pildorazo de Punk Pop en cuya letra se permiten guiños a los Byrds, The Kingsmen y The Seeds, entre otros.
Cierto es que The Barracudas sólo se valieron de esta fórmula para su primer largo y que con el tiempo, el poso Flamin' Groovies/Byrds fue cada vez más acusado, en detrimento de la luminosa y deshinbida querencia por la música surfer yankee y la british invasion con la que nuestros protagonistas se dieron a conocer. Con eso y con todo su nivel siguió siendo notable y, junto a los propios Groovies, The Plimsouls, The Real Kids, Nerves y pocos más, su nombre merece figurar entre el de esos guerreros del Rock And Roll que, en el ocaso de los 70's y los albores de la década siguiente, y a caballo entre el Power Pop, el Garage y el R'n'R primigeneo soportaron el envite de los vientos de cambio, reivindicando el glorioso legado de los 60's frente a hordas hijas del Punk a la inglesa y la New Wave. Gesta de grandes, sin duda alguna.
Traigo aquí a colación, un poco para darte envidia, je je je, el concierto de 2003 en Madrid de Barracudas y Dictators, en el que acabaron compartiendo escenario a ritmo del "Slow Death", ahí es nada. En el pase de los primeros, la canción más coreada fue, por supuesto, "Summer Fun".
ResponderEliminarSaludos, jefe.
Misión cumplida en lo de darme envidia, maldito! Grrrr, lo que tuvo que ser eso, pardiez.
ResponderEliminarPor cierto, ¿En la reunión también va Chris Wilson?
Rock On!
Este verano comencé un post de este disco que me dejé a medias y que algún día retomaré (y que por supuesto no superará a esta genial reseña).
ResponderEliminarCualquier cantidad de veces que te diga que escuché este disco en mis tiempos mozos estará por debajo de la realidad, con eso te lo digo todo. Abrazo, brother cosmic rocker.
Cómo buen amante del rock 80's de quilates que eres esperaba tus palabras, Johnny!
ResponderEliminarEs que está comprobao, los Barracudas enganchan cosa mala, sobre todo con las primeras calores del año!
Rock On!