viernes, 28 de enero de 2011
The Detroit Cobras - "Mink Rat Or Rabbit"
En el Rock And Roll, género basado en músicas de raíces y con honda tradición como lo son el Blues o el Country,siempre bajo mi modesto prisma, la originalidad no es prioridad y mucho menos debe servirnos como factor para enjuiciar a una banda por encima de otra. ¿Y a qué viene todo esto?
Pues viene a que The Detroit Cobras basan la mayor parte de su repertorio en covers, relecturas de viejos singles de Fortune Records, caras B's de reinonas del Soul, números de rock chicano y demás delicias para paladares inquietos diseminadas en forma de acetatos y 7" por la autopista del tiempo, con destino al olvido más absoluto si no fuese por su labor de rescate. Y para mí, a diferencia de lo que otros pudieran pensar, eso no menoscaba su talento en absoluto: Es vox populi que Elvis Presley, el Rey, jamás firmó un solo tema de los que interpretó; The Fuzztones, paladines del revival garagero de los 80's, basaban -y basan- gran parte de su repertorio en canciones sustraídas de la generación Nuggets y los combos Proto-Punk de los 60's. Incluso The Cramps tomaron al asalto un sinfín de rarezas de los 50's y primeros 60's, retorciéndolas y fusionándolas hasta soldarlas a su cancionero.
La diferencia entre estos nombres y un decadente karaoke, o peor todavía, una banda de tributo, la establece la posesión de talento y una personalidad propia que les permita crear un filtro por donde pasar todas aquellas influencias de las que se nutren. Y mientras los antes citados regurgitaban el material que tomaban prestado a través de un envoltorio hiperviril, vudú y de ultratumba aderezada de kitsch, respectivamente, The Detroit Cobras lo hacen insuflándole una dosis de crudeza made in Detroit a su cancionero de marcado regusto vintage, sin renunciar por ello a su poso Soul, melódico y elegante, cortesía de la voz de Rachel Nagy, consiguiendo una marcada sensación de atemporalidad.
Si bien, "Mink Rat Or Rabbit" es el primer largo de los Cobras, la banda ya llevaba dando guerra desde el '95, publicando singles de una repercusión prácticamente subterránea y dando lustre a nombres como Nathaniel Mayer o Tony Valla & The Alamos. El sonido que exhibían en su primer LP, al igual que el de aquellos 7", era decididamente deslavazado, áspero, crudo, pero rebosante de encanto, y, a su manera, dulzura. El largo abre con el que más adelante sería el tema más conocido de la banda, "Cha Cha Twist", una recreación muy sui generis de "The Twist" de Hank Ballard, al que le inyectan savia garage-punk, ritmo y chulería. "I'll Keep Holding On", "Putty" y "Easier To Cry" mantienen la nave a base de agitar Soul y Watios con clase, mucha clase. Le dan la vuelta a "Bad Man" de los Oblivians, despojándola del Garage Blues saturado del original y transmutándola en una de las cimas del disco, "Bad Girl"; rescatan "Summer" de The Five Royales, un corte al que ya llevaban tiempo dándole vueltas. La atomosférica "Midnight Blues" nos da tregua para "You Knows What To Do". "Can't Do Without You" es la típica canción que los Detroit Cobras rescatan sin problemas: Soulera, contenida, vacilona y con espacio para el lucimiento guitarrero. Una sugerente línea de bajo da paso a "Hittin' On Nothing", original de Irma Thomas, que si no me fallan las cuentas pasa por ser la artista más tributada en el imaginario de The Detroit Cobras. "Out Of This World" es quizá mi favorita del redondo, la más rockandrollera y sugerente, breve como un disparo y completamente adictiva. La instrumental de corte latin rocker "Chumbawa" precede a la grand finale con una hipervitaminada relectura de "Breakaway" (otra vez Irma Thomas) cercana a los cánones del Punk Rock.
Si hay una frase cierta, es esa que reza que lo clásico jamás pasa de moda. The Detroit Cobras pudieron comprobar la verdad que encierra dicha afirmación en el ocaso de los 90's, cuando, echando la vista atrás y sumergiéndose en las catacumbas de su background, consiguieron ser uno de los puntales de un Detroit que por aquellas fechas comenzaba a despertar de su letargo para retomar su hegemonía underground, llegando a marcar tendencia y sembrando el germen de bandas como The Fondas o The Come Ons, pero nosotros no olvidamos quienes fueron los primeros. Let's Do The Twist!
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Brillante reseña, Tyla. Me quedo con "La diferencia entre estos nombres y un decadente karaoke, o peor todavía, una banda de tributo, la establece la posesión de talento y una personalidad propia que les permita crear un filtro por donde pasar todas aquellas influencias de las que se nutren". Ya sabes lo que decía Borges: todo arte es plagio.
ResponderEliminarSaludos.