No creo exagerar cuando digo que la muerte de Lux Interior ha sido, de cuántas se han producido en mi santoral rockero en los últimos años, la que más honda impresión me causó, y creo que no fui el único al que le costó encajar el golpe: Al hecho de que en 2009 The Cramps eran una banda viva y en plena forma, hemos de sumar que Lux apenas pasaba la sesentena, lo que reforzó aún más, si cabe, la sensación de pérdida inesperada y de imprevista despedida de dos raras avis de nuestro mundillo, cómo lo fueron el y la banda de su vida.
Hay momentos, instantes en la historia del Rock and Roll, que por lo decisivo de su repercusión son siempre dignos de celebrarse, en esa categoría podríamos incluir, sin lugar a dudas, el día en que Erick Lee Purkisher, rumbo a California, recogió a una autostopista llamada Kristy Wallace, sembrando el germen de lo que sería la vía de escape de todas sus filias e influencias musicales, cinéfilas y estéticas: The Cramps.
Hoy en día resulta relativamente fácil montar una banda que reúna el conjunto de influencias con las que ellos trabajaron, mas conviene recordar que The Cramps fueron los primeros que vieron el nexo de unión que conecta la Serie B, el vudú, la cultura kitsch norteamericana y el Rock and Roll. En su coctelera había sonidos heredados de los 50's, Garage, Surf y Proto-Punk, pero también crooners , Cha-cha-chá y música árabe pasados por su genuino tamiz aglutinador. Asimismo, es digna de reseñarse la labor de rescate y reivindicación que realizaron de un sinfín de eternos secundarios de la primera venida del Rock and Roll y los 60's, caso de Screamin' Jay Hawkins, Hasil Adkins, Jimmy Stewart & His Nighthawks, The Sonics (que en el ocaso de los 70's apenas eran recordados por nadie), Sam the Sham & The Pharaos y un sinfín de nombres más.
Curiosamente, existe una facción dentro de las legion of the cramped, los seguidores de The Cramps, que no dudan en tildar a "Stay Sick!" de obra menor. Lo cual, visto desde el prisma de un fan fatal de los de Sacramento, puede hasta llegar a entenderse, y es que en éste disco la banda culmina el proceso de "lavado de cara" de su sonido que habían iniciado unos años antes en el no menos recomendable "A Date With Elvis" y que, siempre dentro de sus propios términos, nos mostraba su cara más accesible (por decirlo de algún modo...) Pese a seguir manteniendo sus señas de identidad casi intactas el grupo se había despojado del sonido crujiente y deslavazado del que hacían gala en los tiempos del siniestro Bryan Gregory y del aura psicodélica vía 13th Floor Elevators que mostraban en ocasiones, dando paso a unas producciones limpias, pero sin renunciar por ello al mordiente oscuro y sexy que siempre los caracterizó.
En el apartado musical, asistimos a una nivelada sucesión de oldies de Black Screamers, revisitadas, revitalizadas, fusionadas y pasadas por su filtro y temas propios. Lux Interior se muestra tan excesivo, lúbrico e histriónico como de costumbre, y su parténaire Poison Ivy seguía conservando ese talento natural para tejer riffs de infeccioso Rock And Roll, tan herederos de Link Wray como de la jungle music. El redondo abre fuerte, con tres salvas del calibre de "Bob Pills", "God Damn Rock n' Roll" y, lo más cercano que The Cramps tuvieron a un hit single, "Bikini Girls With Machine Guns", que pasan por ser de lo mejor del álbum. Más momentos reseñables los encontramos en "All Women Are Bad" un corte puro Cramps al que le sigue "The Creature of Black Leather Lagoon", que por cierto tenía uno de los clips más Serie B de cuántos rodó la banda. Los guiños a los Surfers The Readymen marcándose un "Shortnin' Bread" a su usanza y a The Rivingtons (padres putativos del "Surfin' Bird" de los Trashmen) convirtiendo su "Mama Ooh Mow Mow" en "Mama Oo Pow Pow"; la mística densa y sensual de "Journey to the Center of a Girl", los ribetes arábigos marca de la casa en "Saddle Up a Buzz Buzz". "Her Love Rubbed Off" de Carl Perkins pone la guinda a ritmo de Rockabilly con regusto country y vicioso a un artefacto de Big Rock de primera magnitud.
Quizá suene descabellado, pero creo firmemente que The Cramps fueron una de las bandas que mejor captaron la esencia de la música americana de los 50's, y sin duda alguna la que mejor continuación supo darle a tan vasto legado sónico, alejándose de revivals insulsos y repetición de esquemas, aglutinando las distintas tradiciones en un todo y dando cabida a las distintas vertientes que edificaron el primer Rock and Roll desde un prisma, pese a quien le pese, único e irrepetible.
Año 1998. Móstoles. Festimad. Impresionante show de Motörhead, el suelo embarrado, pues no para de llover. Pienso: "Esto es insuperable". Me engaño. Los Cramps arrasan en un pedazo de concierto en que Lux Interior casi se carga el escenario, amplificadores incluidos, para espanto de técnicos y público.
ResponderEliminarExcelente entrada, amigo.
Jooooder, que envidia me das amigo, Gonzalo, viste de seguido a dos de las bandas de mi vida, y en buena época!
ResponderEliminarRock On!
joder Tyla como te sales tio, vaya, vaya, no se que decir salvo chapo, y mira que The Cramps no son de mis panaceas, pero siempre que paso por aqui termino escuchando al momento el disco del que nos hablas
ResponderEliminarsaludos
Suena manido, pero comentarios como el tuyo son la razón de ser de este blog, Nortwinds!
ResponderEliminarRock On!
Efectivamente, no fuiste el único. Mira que no soy dado a que me me afecten las muertes de artistas pero con Lux Interior sentí que un pedazo de adolescencia se volatilizaba. Amigo, me jode muchísimo que no se valore a este grupo como se merece. Los Cramps han hecho más por el rock&roll que miles de grupos y aunque éste no es mi disco preferido, cualquiera de los Cramps lo firmarían cientos de bandas. Entre los 80 y 90 los ví 4 o 5 veces en directo. Incomparables, inmensos, Cramps forever!!!
ResponderEliminarGrandioso tu último párrafo. Abrazo.
...Es que Lux era uno de esos tipos que ni me planteaba que fuesen a desaparecer, no es que lo tuviera por inmortal, pero daba por sentado que me sobreviviría o algo así (!)
ResponderEliminarEfectivamente, "Stay Sick!" puede que no sea la obra más boyante de The Cramps, pero fue el disco que puse a rodar cuando me enteré de la triste noticia, por lo que es de gran "valor sentimental" para mí.
Un placer leer sus palabras, como siempre.
Go, Johnny, Go!