sábado, 25 de diciembre de 2010
The Clash - "London Calling"
No deja de resultar curioso, si lo reflexionamos, la cantidad de paralelismos existentes entre el llamado Nuevo Hollywood (Inmejorablemente retratado por Peter Biskind en su magno "Moteros Tranquilos, Toros Salvajes") y el Punk Rock: Ambos surgieron en la década de los 70's, con la intención de insuflar algo de aire fresco a un panorama ajado pero manteniendo unas bases asentadas en los géneros. Al igual que Martin Scorsesse o Coppola revitalizaban el cine de gángsters desde su prisma, Ramones o New York Dolls hacían lo propio con la música legada por la british invasion. Además, tanto el uno como el otro expandieron su radio de acción rápidamente al resto del mundo.
Cómo es bien sabido, la nueva corriente salvadora no tardó en saltar el océano, poner rumbo a las islas británicas y encontrar efusiva respuesta por parte de una juventud desencantada, aburrida y que se había dejado de identificar, hace muchas lunas, con las grandes bandas de arena rock de la época. Ahí es dónde entraron en juego formaciones como los omnipresentes Sex Pistols, The Damned y, en menor medida, Cock Sparrer o The Undertones. Pero hoy vamos a hablar de la que a mi juicio fue la mejor banda de aquella hornada y del disco con el que se supieron desmarcar de aquel movimiento de respuesta, me refiero, cómo no, a The Clash y su "London Calling".
No son pocas las voces que no dudan en cargar contra el tercer largo de los Clash, tildándolo de excesivo y ambicioso (Cuando no de sobrevalorado), prefiriendo quedarse en la rabia a duras penas contenida de la que hacían gala Strummer y los suyos en "The Clash" y "Give'em Enough Rope". Sinceramente, y salvando las distancias, hacer semejante distinción me parece algo así como desdeñar el "Exile On Main Street" de los Stones en favor de los primeros Ep's con Brian Jones, algo perfectamente respetable, pero díficilmente comprensible si entramos en comparaciones. Aunque ya se sabe, sobre gustos...
"London Calling" fue el largo con el que The Clash sellaron su atemporalidad. Valiéndose del maridaje estilístico y el eclecticismo bien entendido de Joe Strummer, aglomeraron Rock and Roll, Reggae, Rockabilly y Ska, conformando una obra con la que consiguieron trascender su propio género, alcanzando sus mayores cotas de excelencia y profundidad. En cierto modo, suponía un compendio de lo que unos jóvenes británicos de su quinta habían mamado, musicalmente hablando, desde la mítica cubierta homenaje/parodia al primer largo de Elvis Presley a lo que se podía encontrar entre sus surcos.
Si algo distingue a este disco es la cantidad de texturas que en el se abordan, desplegando un verdadero mapamundi sónico: De los ecos jamaicanos que se pueden apreciar en "Rudie Can't Fail" al Rock and Roll escuela Gene Vincent de "Brand New Cadillac" (original del malditísimo Vince Taylor), de la vindicación de "Spanish Bombs" al desencanto envuelto en Power Pop de "Lost In The Supermarket", del Ska que hacía furor entre la muchachada suburbial londinense de "Wrong'em Boyo" y "Koka Kola" a la épica de cortes como "Death Or Glory" o "The Card Cheat" (Por cierto, que ésta no habría desentonado incluida en algún disco del Springsteen 70's) de la arrogancia rocker que desprende "Four Horsemen" al coqueteo con sonidos más disco vía NYC que puede apreciarse en "I'm Not Down" y Train In Vain"... Y suma y sigue.
Cierto es que la enorme repercusión de "London Calling" resultó ser, a la larga, un arma de doble filo en la trayectoria de la banda: Habían llegado a la cima, sí, eran, sin lugar a dudas el único grupo de la eclosión Punk que verdaderamente se había llevado el gato al agua (Tanto a nivel de reconocimiento como de números) pero esa misma estancia en las alturas entraba en conflicto con los postulados con los que la banda había irrumpido en la escena años atrás. Poco les quedaba para, al igual que The Beatles, abarrotar el Shea Stadium y sumergirse en baños de multitudes. Éste disco les hizo ingresar (quién sabe si contra su propia voluntad) en el panteón de las rockstars contra las que se habían rebelado poco antes. ¿Un fracaso? No, nada de eso. Alguien dijo en una ocasión que, a su llegada, "The Clash estrellaron el coche", yo añado que con "London Calling" salieron de entre las llamas y la chatarra de aquel siniestro y firmaron una exhibición de poder para la eternidad. Un jodido triunfo.
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este disco es un hito en la historia del rock , ya desde la portada cuya foto paso a los anales de la historia, y sobre todo porque rompieron con la norma establecida en cuanto al sonido punk -acaso el punk no era romper con la norma establecida?-, e ir un paso mas alla, demostrando conocer no solo las raices de mucha de la musica que conformaba la multietnica great britain, sino que ademas profesionalmente y compositivamente estaban varios escalones por encima de toda la hornada generacional de bandas que les vio nacer
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo con vos, nortwinds. Este es el gran puñetazo en la mesa de Strummer, Simonon y compañía, y, triste es decirlo, nada de lo que editaron después raya a esta altura.
ResponderEliminarRock On!
Es un disco enorme, pero los dos primeros también lo son. Al igual que "Let It Bleed" y "Sticky Fingers", ya que hablas de "Exile".
ResponderEliminarLa portada, por cierto, es el mejor homenaje/rechazo que se ha hecho a Elvis.
Saludos.
Por supuesto, Gonzalo, grandes obras sin género de dudas, pero con "London Calling" The Clash se salieron del mapa, pasando de ser un conjunto encuadradísimo en el Londres '77 a una banda totalmente atemporal.
ResponderEliminarRock On!
Los paralelismos de los que hablas supongo que obedecen a una corriente de cambio fortísima, tras la debacle hippiesca post 60´s. Debió de ser un shock, la manera en la que se hundió el sueño de cambiarlo todo...
ResponderEliminar"London Calling" es, para servidor, cualquier cosa menos un disco sobrevalorado. La gente con talento "evoluciona" de forma natural, no le puedes pedir a un Strummer que se mantenga cerril con dos acordes y un estribillo punk, ni a un Richards que no se baje del "Street fighting man", etc.
Un caso que también viene a cuento son los Ramones, la inmensa mayoria de sus voceros los tendrán siempre como una banda punk que no ven más allá de "Psychotherapy".
Me encanta tu frase " "London Calling" fue el largo con el que The Clash sellaron su atemporalidad", yo soy muy fan del primero pero esta afirmación tuya no se puede discutir. Esta soberbia grabación es como encender la radio del rock´n´roll.
La primera vez que escuché la canción homónima, te juro que quedé atónito, esa llamada angustiosa... no se olvida facilmente. Otra de mis favoritas es "Spanish bombs", el tipo de canción que solo The Clash puede hacer.
Hay otros discos sujetos a una posible discusión, sin duda, como "Combat rock" o "Sandinista", pero cualquiera que se meta con éste no es más que un fracasado de la vida. Por cierto, hace muuucho tiempo que la aguja no le cae encima a mi copia, va por ti!
Cheers
Hey, Scott! Como siempre, un verdadero placer leer tus palabras.
ResponderEliminarQué puedo añadir a la cantidad de verdades que has escrito... Subrayo especialmente que una fuerza de la naturaleza como lo fue Joe Strummer estaba destinada a crecer, evolucionar y meter sus botas en mil charcos, prueba de ello es su carrera en solitario: El tipo no acierta siempre, pero cada paso que daba obedecía a sus convicciones y eso es algo loable.
Efectivamente, alguien que niega la grandeza de "London Calling" de rock, justito.
Rock On!
Hace poco tuve fiebre The Clash tras ver el docu de la vida de joe strummer. Una jodida obra maestra. Además, el sonido se distancia bastante del punk más clásico, importando muchas influencias nunca vistas antes en este estilo. Un visionario este Strummer. Cantidad de himnos que nos regaló el cabrón.
ResponderEliminarCreo que al día siguiente de la emisión del documental de Temple fuimos legión los que nos lanzamos a redescubrir cualquier cosa relacionada con Strummer, jejeje.
ResponderEliminarRock On!
OBRA MAESTRA!!! Sobre eso que dices de atemporal, destacar que muchos punks británicos de la época renegaron en un primer momento. Pobrecillos, no entendieron nada. Este disco es tan grande que sirvió para que no muriera el género. Como dice Scott, adoro el primero pero este es el imprescindible.
ResponderEliminarSubrayo dos frases inmensas, de Gonzalo (la portada, por cierto, es el mejor homenaje/rechazo que se ha hecho a Elvis) y de Scott (otra de mis favoritas es "Spanish bombs", el tipo de canción que solo The Clash puede hacer).
Abrazo.