A contracorriente. Así es como podríamos definir la singladura de la banda de Spike, dispuestos, en pleno reinado Guns And Roses y a cinco minutos de que estallase del todo la bomba grunge en Seattle, a reivindicar el legado de la crema y nata del british rock de los 70's, en los albores de lo que sería una década tan descocada como la de los 90's. Tarea de valientes, qué duda cabe.
Resulta curioso que su primer intento discográfico coincidiese en el tiempo con el de otros grandes enamorados de épocas pretéritas,The Black Crowes. Y aunque tanto la prensa especializada británica como la estadounidense hicieron lo posible por crear un clima de rivalidad entre ambas formaciones (cada una barriendo para casa, obviamente) lo cierto es que The Quireboys poco tenían que ver con los de Atlanta. Mientras que en su primer largo los hermanos Robinson apostaban por el Soul, el Hard Rock británico de grupos como Humble Pie y algunas pinceladas de Southern Rock, nuestros protagonistas tenían el punto de mira puesto en los Stones, Frankie Miller y, cómo no, The Faces: Quizá el gran nexo de unión en los respectivos backgrounds de estas dos bandas "enfrentadas" (Incluso a día de hoy Spike se sigue mostrando abiertamente resentido con los cuervos)
No hay más que poner a rodar este disco para constatar cuán evidente era el poso de la banda de Ronnie Lane en el sonido de los británicos: Voz cazallosa, teclados por doquier, influencias rootsys y rítmicas con feeling secundando letras empapadas en alcohol sobre corazones rotos, noches de fiesta y chicas que se van para no volver. Cabe recordar que las labores de producción corrieron a cargo de Jim Cregan, guitarrista y "partner in crime" habitual de Rod Stewart. De este último se dice que incluso se dejó caer en el estudio durante la grabación del disco para felicitar a los chicos por lo que estaban haciendo. Cuánto menos curioso que la felicitación viniera de él, que había abjurado de esos sonidos años ha.
"A Bit Of What You Fancy" es, por encima de todo, una colección de himnos impepinables de principio a fin, no en vano la banda, a día de hoy, sigue desgranándolo canción a canción en sus -explosivos- directos. No les culpo: ¿Cómo renunciar a tocar odas festivas del calibre de "7 O'Clock", "Hey You" o "Long Time Comin"? Vale que después han venido buenos álbumes (incluso alguno muy, pero que muy bueno como "This Is Rock And Roll") pero es innegable que esta es su cima. Nos mostraban su cara más chulesca en temas como "Man On The Loose", "There She Goes Again", "Sex Party", su himno de guerra, o "Misled" (Por cierto, ¿no os recuerda horrores al "Had Me A Real Good Time" de los Faces?) pero también sabían jugar la carta del Folk-Rock más reposado a la usanza de-ya-sabéis-quiénes, y ahí tenemos joyas como "Sweet Mary Ann", "Roses And Rings" o "Whippin' Boy", oro puro. Por supuesto, y como era norma en la época, redondearon la jugada incluyendo el consabido baladón, "I Don't Love You Anymore". El redondo cerraba con "Take Me Home" un corte a medio tiempo y con un riff deudor de AC/DC.
Lo dicho, un disco de sobresaliente, al que, puestos a ponerle un pero sería el de la producción, en parte lastrada por los arreglos de los que solía adolecer el Hard Rock de la época, en lo que quizá fue un intento más por parte de EMI de encajonar a la banda en el saco del Sleazy que venía del otro lado del océano y con el que The Quireboys, más ligados a la atemporalidad de los dorados 70's, nada tenían que ver.
Tras la edición del álbum, The Quireboys gozarían de un breve coqueteo con las mieles del éxito, quedándose a un paso de reinar en las listas de su país, girando por todo el mundo e incluso compareciendo en el mítico Monsters Of Rock de Donnington Castle, en el que se codearon con nombres de la talla de Aerosmith. Efectivamente, hace muchas lunas de todo aquello, pero es un consuelo saber que aún se mantienen al pie del cañón, ofreciéndonos la posibilidad de poder disfrutar de un show de los, en sus propias palabras, últimos "Purveyors of the finest english good time Rock'n'Roll". Amén.
Otra gran historia de "resurgir entre cenizas". Yo este disco lo descubrí cuando volvieron despues de separarse y fue una gozada escucharlo el año pasado en directo de principio a fin. Los Quireboys siempre tendrán un hueco enorme allá donde vaya.
ResponderEliminarEfectivamente, lorbada, a comienzos de los 00's pocos eran los que daban un duro por estos tipos, pero claro, un regreso como "This is Rock and Roll" es lo que tiene, que calla bocas por doquier.
ResponderEliminarYo es de esas bandas que voy a ver donde haga falta, nunca defraudan.
Rock on!
amo este disco, lo descubri en una epoca en que el hard rock americano me empalagaba un poco, y junto a black crowes, DAD y The almighty se conviertieron en bandas que escuchaba una y otra vez.
ResponderEliminarEste disco es genial, con un spike sonando a Stewart, y una banda que se conocia de memoria las raices del hard rock, increibles
Hey nortwinds!
ResponderEliminarPese a lo que cierta facción de la "prensa especializada" afirma, Gran Bretaña dió al mundo un puñado de bandas memorables en los últimos 80's, a mi juicio superiores a lo que se venía despachando en los States: Quireboys, Zodiac Mindwarp, Jacobites, Wildhearts, o, cómo bien dices, The Almighty.
Rock On!
Reconozco que este es su mujer álbum, pero me siguen emocionando más algunas de sus canciones del "Bitter sweet twisted". Estuve a punto de verlos este año en directo pero al final se me agrió el tema. Estoy de acuerdo también en esa relación británica que destacas en tu último comentario. Gran post. Saludos.
ResponderEliminar"su mujer álbum", ¿En que estabas pensando, Johnny? jejeje.
ResponderEliminarEs evidente que "Bitter, Sweet and Twisted" es un buen redondo, en un Top 3 lo pondría tras el debut y "This Is Rock And Roll", si bien sigo pensando que con unas cuantas canciones menos habría estado mucho mejor.
Rock On, bro!
Jajajaja, debe ser que como estoy de Rodriguez todo el día con las niñas, algún estirón o que se me va la bola total. En fin, estrés vital. Bona nit.
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